Con la llegada del otoño, encontramos en el mercado una fruta colorida y deliciosa: la granada. El atractivo tono rojo de sus frutos, junto a su sabor dulce –pero con un punto ácido– y a sus beneficiosas propiedades antioxidantes para el organismo la convierten en un superalimento recomendado para todo el mundo.
El granado, un árbol original de Persia, da este fruto que se recolecta desde hace siglos, sobre todo en los países mediterráneos y en Asia Central. Su sabroso y refrescante fruto era muy apreciado por las caravanas comerciales que se veían obligadas a atravesar el desierto en su camino para llevar sus productos a otras partes del mundo.
Dicen de la granada que es una de las frutas más antiguas que se conocen y que ya en la Biblia se hace alusión a ella. Desde tiempos inmemoriales ha simbolizado la vida y la fertilidad, probablemente debido a los numerosos granos que contiene su fruto. En el antiguo Egipto, además, era símbolo de ambición y prosperidad.
Una fruta de otoño con increíbles propiedades saludables
La granada se encuentra en plena temporada entre los meses de octubre y marzo, por lo que estamos en el momento perfecto para empezar a consumirla por varias razones. En primer lugar, por su altísimo poder antioxidante. Contiene flavonoides (sobre todo, antocianinas, que le aportan su característico color rojo), taninos y ácido elágico. Este último compuesto está relacionado con la prevención y tratamiento de ciertos tipos de cáncer, ya que favorece un proceso denominado “apoptosis”, que consiste en la muerte natural de las células cancerosas, sin que se vean afectadas las demás. Son, además, ricas en vitaminas C, B y E.
Sus beneficios no terminan ahí. El consumo de granada es beneficioso para la prevención de enfermedades cardiovasculares, ya que mejora la circulación sanguínea y reduce los niveles de colesterol en sangre. Es muy importante su consumo para los deportistas, ya que diversos estudios han probado que tomar zumo de granada antes de hacer ejercicio mejora el flujo sanguíneo y retarda la aparición de fatiga.
Por otra parte, su alto contenido en calcio, además de otros minerales, como magnesio, potasio, manganeso, zinc y hierro, las hace muy recomendables para personas que tengan problemas artrosis o dolor de articulaciones.
Otro descubrimiento importante que se ha hecho recientemente es que el consumo de esta superfruta podría ejercer como neuroprotector frente a ciertas enfermedades neurológicas. Concretamente, una investigación de la Universidad de Huddersfield, en la que ha colaborado también la Universidad Miguel Hernández, de Elche (Alicante), asegura que su contenido en un compuesto natural, denominado punicalaginas, podría frenar la aparición de la enfermedad de Alzhéimer y algunos de sus síntomas.
Elegir las mejores granadas y cómo degustarlas
En el mercado encontramos diferentes variedades de granada, aunque la mollar es la más conocida. Sus frutos son de gran tamaño, la piel es de color rosado o rojo claro, y sus frutos muy rojos y con una pepita blanda. Se producen, sobre todo, en la zona de Elche (que acapara el 90% de la producción en España) y cuentan con su propia Denominación de Origen Protegida.
Cuando vayamos a comprarla, procuraremos elegir aquellas de mayor peso porque será síntoma de que sus granos contienen bastante zumo y son, por tanto, más sabroso. Elegiremos aquellas que tengan la piel más tersa y estén enteras, sin grietas si golpes. Una vez en casa, las podemos conservar hasta 10 días y no es necesario meterlas en la nevera.
El mejor modo de consumirlas es en crudo. Es así como degustaremos mejor su sabor y todas sus propiedades. Para consumirlas, las cortaremos con un cuchillo afilado, primero por mitad y luego en cuartos, para que sea más fácil extraer los granos. Otro modo de sacarlos, es cortarlas por la mitad y, sobre un cuenco, golpear la piel con una cuchara, mediante toque cortos, para que los granos se vayan desprendiendo. Otro de los modos más recomendados de consumo es en zumo.
También es ideal como ingrediente en ensaladas, sobre todo aquellas elaboradas con escarola o con brotes verdes, acompañando platos de carne y, por supuesto en postres, como tartas, yogures o postres lácteos y helados.
Este otoño, no olvidéis incluir esta superfruta en vuestra dieta. Además de saludable… ¡está buenísima!