En unos días daremos la bienvenida a la primavera. Los días más largos, las temperaturas en ascenso y los días más soleados harán que, poco a poco, vayamos cambiando nuestra rutinas tras el largo invierno. Y eso incluye nuestra dieta. Hoy os damos 5 claves fundamentales para afrontar mejor el cambio de estación a través de la alimentación.
No se trata de consumir más o menos calorías que durante el invierno, ya que, por regla general, si seguimos una dieta equilibrada, el aporte calórico no tiene por qué disminuir. Pero sí es cierto que, con la llegaba de temperaturas más elevadas, nuestro organismo demanda platos más frescos y ligeros, además de estas otras cosas.
Mayor hidratación
Hemos vivido un invierno bastante frío, por lo que muchos vamos a celebrar la llegada de la primavera pasando más tiempo en la calle, retomando nuestras rutinas deportivas en el exterior y disfrutando más del aire libre. Eso conlleva que nuestras necesidades de hidratación también se incrementen. Es el momento de beber más agua, cumpliendo con las recomendaciones saludables, pero también de añadir otras fuentes de hidratación: zumos naturales, smoothies saludables, infusiones frías o calientes, etc.
Platos fríos y templados en la dieta de primavera
Poco a poco van apareciendo en el mercado productos de temporada de primavera: mayor cantidad de frutas y verduras frescas y muy apetecibles que nos llevan a preparar recetas más ligeras, llenas de color y sabor. Nuestro cuerpo ya no demanda platos calientes para entrar en calor, por lo que es el momento de dar paso a las ensaladas de todo tipo, aliñadas con un buen chorro de aceite de oliva; las macedonias de frutas; o las cremas de verduras, tanto frías como templadas.
Combatir la astenia primaveral
No todo podía ser bueno. La llegada de la primavera lleva aparejada, en muchas ocasiones, la aparición de una sensación de cansancio general, fatiga, problemas de concentración, dificultades para conciliar el sueño… Estamos ante lo que se conoce como astenia primaveral, provocada por la subida de las temperaturas y el mayor número de horas de luz. Y la dieta también puede ayudar a combatirla. Cereales integrales y legumbres, que son alimentos ricos en triptófano, magnesio y vitaminas del grupo B, son perfectos para combatir la fatiga, además de frutas y verduras, que aportan vitaminas y minerales.
Stop alergias
La nieve y las lluvias de las últimas semanas hacen prever que será una primavera dura para los alérgicos, ya que los niveles de polen van a ser muy altos. No podemos luchar contra los elementos, pero lo que sí podemos hacer es incluir en nuestra dieta alimentos que nos ayuden a reforzar el sistema inmunitario, con el fin de afrontar mejor esta época de alergias. La manzana, que contiene altos niveles de quercetina para reforzar el sistema inmunitario, la cúrcuma y el jengibre, con sus propiedades antioxidantes; así como el ajo y la cebolla, antibióticos naturales, son algunos de los alimentos más beneficiosos.
Fibras y grasas saludables
La primavera también es el momento perfecto para “desintoxicar” nuestro cuerpo de los excesos que muchas veces cometemos durante el invierno en forma de alimentos demasiado procesados o más grasos. La fibra y las grasas saludables se convierten, para ello, en nuestros grandes aliados. Fruta con piel (eso sí, bien lavada), verduras crudas o al vapor, cereales de grano entero o legumbres son una excelente fuente de fibra que nos irán de maravilla en esta época. Las grasas saludables, por su parte, vendrán del aceite de oliva, de los pescados azules, de frutas como el aguacate y de los frutos secos, entre otros productos.
Seguir todas estas pautas, controlar los horarios de las comidas y hacer un poco de ejercicio físico al aire libre harán que podamos disfrutar al cien por cien de la primavera.