Las ensaladas con frutas son una excelente opción para apostar por una dieta saludable en cualquier momento, pero mucho más en verano. Son platos ligeros, frescos, poco calóricos y ricos en fibra y vitaminas. Si, además, les añadimos frutas, tendremos recetas aún más nutritivas y con unas mezclas de sabores que nos sorprenderán.¿Qué tipos de frutas podemos añadir? ¿Qué consejos hay que seguir para combinar frutas y hortalizas en una ensalada? Os lo contamos.
Fruta de temporada y en su punto óptimo de maduración
Naranja, manzana, granada, fresas, nectarinas, sandía, melón, higos… Las opciones a la hora de incorporar frutas a las ensaladas son muchas y variadas. Eso, sí, a la hora de elegir cualquiera de las variedades, lo mejor es optar por variedades de temporada, ya que se encontrarán en el mejor momento, desde el punto de vista organoléptico y aportarán los mejores sabores y texturas al plato.
También es importante que el punto de maduración sea el adecuado, ya que si están muy verdes o demasiado maduras pueden arruinar el resultado.
Pelar y cortar, en el último momento
Muchas frutas tienden a oxidarse cuando las pelamos o las cortamos. Es el caso de manzanas o peras. En otros casos, como fresas o sandía, pueden ir perdiendo su textura si las dejamos preparadas con demasiada antelación.
Lo mejor, en todos los casos, es esperar al último momento para pelar y cortar la fruta, de modo que podamos disfrutar de ella en las mejores condiciones.
Facilitar el consumo
Aunque algunas frutas, como las manzanas, las nectarinas o, incluso, los higos se pueden añadir a las ensaladas con frutas sin pelar, intentaremos siempre incluirlas en la receta de modo que sean más fáciles de consumir, por ejemplo, quitando las pepitas a las uvas, a las mandarinas o a las naranjas, el hueso a las cerezas o el rabito a las fresas.
Combinar colores y sabores
Una de las ventajas de añadir frutas a las ensaladas de verduras y hortalizas son las atractivas combinaciones de colores y sabores que podemos conseguir. Hay que jugar con ellos, comprobar cuáles maridan mejor y disfrutar de las múltiples posibilidades que se abren en la cocina.
Frutos rojos, una fuente de antioxidantes
Los frutos rojos son una excelente opción para añadir frutas a las ensaladas. Son fuente de antioxidantes y aportan llamativos colores a las recetas. Fresas, frambuesas, grosellas o arándanos combinan a la perfección con brotes tiernos, canónigos o rúcula, además de quesos de cabra o tipo feta griego. Si, además, les añadimos una vinagreta elaborada con vinagre de Módena, el sabor se potenciará aún más.
Higos, fuente de nutrientes
En plena temporada hasta finales de septiembre, los higos son una de las frutas más ricas en nutrientes porque aporta fibra, antioxidantes, vitaminas y son fuente de azúcares naturales que nos darán energía en estos meses de calor.
Los higos combinan muy bien con ensaladas que lleven quesos de cabra, de pasta blanda, frutos secos y aderezos con toques agridulces.
Sandía, para las ensaladas más frescas
La sandía es una de las opciones más refrescantes para las ensaladas veraniegas. Aporta agua, por lo que es muy diurética, y es rica en antioxidantes, vitaminas y minerales, muy beneficiosos para el corazón.
La sandía combina a la perfección con hierbas aromáticas, como la menta o la hierbabuena, así como otros frutos rojos y quesos suaves. Una emulsión de aceite de oliva, con especias y vinagre de Módena es un aliño perfecto para estas ensaladas.
Naranja, manzana o granada, los clásicos
Fuera de la temporada de verano, podemos optar por versiones más clásicas, como las naranjas, las manzanas, las mandarinas o las granadas. Las primeras combinan a la perfección con canónigos, espinacas y otras verduras de hoja verde, mientras que las granadas van muy bien con escarola o, incluso, quinoa o bulgur.
Y vosotros… ¿qué otras frutas utilizáis en vuestras ensaladas?