El calabacín es una de las hortalizas más utilizadas en la cocina. Pertenece a la misma familia del pepino, la sandía o la calabaza y es muy versátil, ya que se puede consumir en crudo o cocinado. Bajo en calorías y con una gran cantidad de nutrientes, podemos elegirlo, sin ninguna duda, como un aliado perfecto en una dieta saludable.
Según los botánicos, el calabacín es originario de América Central y fueron los conquistadores europeos quienes trajeron el cultivo del Nuevo Mundo aunque, en un principio, se dejaba crecer y madurar como si se tratase de una calabaza. Fueron los italianos quienes, en el siglo XVIII, decidieron consumirla antes de que alcanzase la madures, popularizándose así el cultivo de calabacín.
¿Qué beneficios tiene el calabacín para la salud?
El calabacín es muy rico en vitaminas, compuestos antioxidantes y fibra, que juegan un papel fundamental en la salud. Destaca, especialmente, su contenido en luteína y zeaxantina, dos compuestos que ayudan a luchar contra la degeneración macular.
Además, es rico en vitaminas del grupo B, como la vitamina B2 (riboflavina), que contribuye al desarrollo y la reparación de tejidos en el organismo, así como a la formación de glóbulos rojos; y la vitamina B6, que influye en el metabolismo de las proteínas y de los ácidos grasos, así como en la síntesis de neurotransmisores. También es fuente de vitamina C y de vitamina A, ambas contribuyen al mantenimiento de la salud ósea, entre otros beneficios.
En cuanto a sus minerales, los calabacines son ricos en fósforo, potasio y magnesio, aunque se asimilan mejor cuando están cocinados.
Temporada de calabacín
Aunque es posible encontrar diferentes variedades de calabacín prácticamente todo el año, lo cierto es que su mejor temporada va de mayo a septiembre. Es en ese momento cuando sus cualidades organolépticas son extraordinarias y podremos disfrutar de los mejores ejemplares.
Flor de calabacín, un ingrediente muy apreciado en cocina
Además del propio calabacín, su flor es muy apreciada en la cocina, sobre todo en países como Italia y México, donde cuentan con recetas tradicionales con este ingrediente. Se trata de un producto delicado, que hay que cocinar de inmediato, ya que apenas aguanta un día o dos en la nevera.
A la hora de cocinar las flores de calabacín, hay que lavarlas y secarlas bien. Se pueden saltear, freír con un suave rebozado de harina o, incluso, rellenar para luego freírlas o asarlas en el horno.
¿Cómo se puede comer el calabacín?
El calabacín es un producto muy versátil en la cocina, por lo que puedes consumirlo en todas sus fases. Podremos preparar calabacines la vapor, al horno, a la plancha, usarlos en guisos cremas o bien hacer una sopa de calabacín riquísima. De esta forma, cualquier comida con calabacines se convertirá en nuestro plato estrella principal o plato acompañante de otras recetas.
¿Cómo elegir y conservar los calabacines?
Actualmente, encontramos en el mercado diferentes variedades de calabacín. Las más habituales son alargadas y de color verde (más o menos oscuro según el tipo), amarillo o blanquecino, pero también encontramos variedades redondas, que son perfectas para rellenar.
A la hora de elegir los calabacines, nos fijaremos en que estén lisos, densos y firmes al tacto. Si los vamos a consumir crudos, optaremos por los ejemplares más pequeños, ya que tendrán las semillas menos desarrolladas. Si los vamos a cocinar, podemos elegir calabacines más grandes.
A diferencia de la calabaza de invierno, tanto la piel como la carne del calabacín tienen mayor contenido en agua, por lo que se conservan durante menos tiempo. Los conservaremos en frío en el frigorífico, a ser posible en el cajón de las verduras y procuraremos consumirlos en los 4 o 5 días siguientes a su compra, para mantener todas sus propiedades. También procuraremos no lavarlos hasta que vayamos a consumirlos.
Los usos del calabacín en la cocina
Como ya hemos adelantado, el calabacín se puede consumir en crudo o cocinado. Si disponemos de una mandolina, podemos hacer láminas finas para usar en ensaladas, que podemos combinar con otras hortalizas o con frutas como el melón. Desde hace un tiempo, también se han puesto muy de moda los “zoodles”, es decir, noodles vegetales, elaborados con calabacín, que nos permiten sustituir la pasta en algunas recetas para hacerlas más saludables, como ya os contamos en este artículo.
Cocinados, se pueden hacer a la plancha, salteados, asados al horno, a la brasa, como acompañamiento de otros platos, o como ingrediente de cremas y purés. A nosotros nos encanta una receta que ya se ha convertido en un clásico: Calabacines rellenos de carne, un exquisito plato con el que triunfareis.
Muchas gracias por darnos las ventajas del calabacín, no conocía todas ni el mejor tiempo para su consumo.
¡Gracias a ti por leernos, José A.!