La mayoría de nosotros hemos descuidado nuestra alimentación este verano. Los días de calor y las vacaciones hacen que relajemos nuestra dieta y que adoptemos nuevos hábitos alimentarios, en ocasiones no todo lo saludable que desearíamos. Salimos más, realizamos más comidas fuera de casa, nos permitimos «caprichos», tomamos más dulces y bebemos más alcohol. Pero, por desgracia, estamos en septiembre, las vacaciones han terminado y es hora de retomar las rutinas alimentarias y volver a cuidarnos.
Aunque aún estemos en plena fase de adaptación intentando superar el llamado «síndrome post-vacacional», lo más aconsejable es que vayamos, paulatinamente, recuperando las rutinas diarias que nos permiten llevar un estilo de vida más saludable y beneficioso para nuestro cuerpo. Y el mejor modo de lograrlo es seguir estos pequeños consejos:
1. Recupera los horarios habituales.
En verano, y más en vacaciones, tendemos a descontrolar los horarios. Nos levantamos más tarde y retrasamos la hora del desayuno; vamos a la playa y también comemos más tarde de lo habitual; y, por supuesto, retrasamos la hora de la cena y de irnos a dormir. La vuelta al cole y al trabajo debe conllevar un nuevo ajuste de los horarios de sueño y comidas para que nuestro cuerpo empiece de nuevo a funcionar con rutina.
2. Vuelve a hacer cinco comidas al día.
El ajuste de los horarios nos permitirá recuperar los buenos hábitos alimentarios y apostar por las cinco comidas al día: un buen desayuno con aceite de oliva; un tentempié a media mañana; una comida saludable; algo de fruta a media tarde; y una cena ligera.
3. Ajusta paulatinamente las raciones.
Seguramente, durante las vacaciones, hemos comido más cantidad de lo normal. Es el momento para ir reduciendo, poco a poco, las raciones hasta ajustarlas a las necesidades calóricas de cada uno de nosotros. Puede que los primeros días nos quedemos con sensación de hambre, pero en poco tiempo nos habremos acostumbrado.
4. Planifica los menús semanales.
El mejor modo de no caer en la tentación de comer alimentos poco saludables es planificar el menú de la semana, eligiendo recetas más ligeras. Una vez hecho, podemos acudir a hacer la compra basándonos en un listado de lo que necesitamos para preparar esas comidas.
5. Opta por preparaciones más ligeras.
En el momento de volver a apostar por recetas a la plancha, al vapor o al horno y, por supuesto, convertir el aceite de oliva en la grasa principal de nuestra dieta, por ser la más saludable, siempre que se consuma con moderación. También es el momento de aumentar la ingesta de frutas y verduras, que deben ser protagonistas diarias de nuestras comidas.
6. Innova para hacer la dieta más atractiva.
¿Has viajado en vacaciones fuera de tu ciudad o, incluso, de tu país? ¿Has probado algún alimento saludable nuevo que te haya gustado? Si ha sido así, incorpóralo a tu dieta. Incluye nuevas recetas que te traigan buenos recuerdos de las vacaciones para que la transición a la rutina se haga menos dura.
7. Reduce el consumo de alcohol.
Los días aún son largos y las temperaturas agradables, algo que sigue invitando a disfrutar de las terrazas de los bares en compañía de amigos. Sin embargo, es aconsejable que vayamos moderando el consumo de alcohol para empezar a depurar nuestro cuerpo. Lo haremos sin dejar, por supuesto, de hidratarnos, aunque esta vez tendremos apostar por el agua.
8. Vuelve a hacer ejercicio.
Si las vacaciones han supuesto un parón en tus rutinas deportivas, es el momento de recuperarlas. Camina, aprovechando que las temperaturas son aún agradables; coge la bicicleta o vuelve al gimnasio, pero ¡muévete! Retomar tus hábitos de ejercicio contribuirán a recuperar las rutinas alimentarias también.