El pasado 19 de octubre se conmemoraba el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, el tumor más frecuente en las mujeres occidentales. En España se diagnostican alrededor de 25.000 nuevos cánceres de mama al año, según los datos de la AECC (Asociación Española Contra el Cáncer). Las investigaciones que aportan esperanza en la lucha contra esta enfermedad son la mejor noticia para cualquier persona en riesgo de padecerla. Y entre las más recientes investigaciones, el aceite de oliva ha cobrado un protagonismo especial.
Un estudio llevado a cabo por el CIBERobn (Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición) y coordinada por la Universidad de Navarra ha puesto de relieve el valor preventivo de la Dieta Mediterránea con aceite de oliva en la prevención del cáncer de mama. Los resultados, además, son m,uy esperanzadores, ya que la dieta suplementada con aceite de oliva virgen extra podría reducir hasta en dos tercios el riesgo de desarrollar este tipo de tumores, en comparación con las dietas bajas en grasas. Los resultados se acaban de publicar en la prestigiosa revista JAMA Internal Medicine y se basan en un ensayo clínico de gran tamaño que se incluye dentro del estudio multicéntrico PREDIMED (del que ya os hemos hablado en este blog).
Hasta ahora, los estudios que se habían llevado a cabo se basaban en la observación. Por primera vez, estamos ante un ensayo aleatorizado (la asignación de participantes se hizo al azar, por lo que en todos los grupos había personas con factores de riesgo distintos) con una media de seguimiento de 4,8 años, en una muestra de 4.282 mujeres, tal y como ha manifestado el coordinador del estudio, Miguel Ángel Martínez-González, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra.
El aceite de oliva, la mejor grasa para prevenir
Los participantes en el estudio se dividieron en tres grupos. El primero llevó una dieta mediterránea rica en aceite de oliva virgen extra; el segundo, la misma dieta pero suplementada con frutos secos; mientras que el tercer grupo siguió una dieta baja en grasas. Al igual que había ocurrido en los estudios observacionales, el ensayo clínico dejó patente que, en los dos primeros grupos, los resultados eran mucho mejores, registrando una menor incidencia de la enfermedad (casi una tercera parte que en el grupo de control). La asignación de las participantes al patrón de dieta mediterráneo rico en aceite de oliva virgen –donde este suponga al menos el 15% de la energía ingerida– explica en gran parte la protección conseguida contra el cáncer de mama. De hecho, por cada 5% más de calorías procedentes de este tipo de aceite, se reduce en un 28% el riesgo de padecer un tumor de mama.
Cabe destacar también el hecho de que todos los grupos participantes seguían dietas saludables, por lo que es de esperar que los resultados hubiesen sido aún más significativos si se hubieran comparado con los de mujeres que llevasen otro tipo de dieta. La prevención resulta fundamental en este tipo de enfermedades. Por ello, llevar una alimentación saludable, realizar ejercicio físico regularmente y mantener un peso adecuado son fundamentales para reducir el riesgo. «La intervención dietética puede resultar especialmente valiosa porque puede aplicarse desde los centros de atención primaria (los centros de salud) y, en el caso de la dieta mediterránea con aceite de oliva, puede aportar otros beneficios ya demostrados, como la prevención de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y obesidad», ha asegurado Estefanía Toledo, una de las autoras del estudio.
