Las porciones individuales de alimentos son una tendencia al alza. La comodidad e higiene que proporcionan, además de un mejor control de lo que consumimos, hace que estos formatos estén cada vez más demandados. El aceite de oliva es un claro ejemplo, sobre todo en el sector de hostelería, donde los consumidores pueden disfrutar de diferentes porciones individuales que preservan el producto y garantizan las mejores cualidades organolépticas en cada momento. Ya sean botellas de 250 o 500 ml, tarrinas de aove, monodosis o sobres, estos formatos presentan múltiples ventajas a la hora de consumir los productos.
Garantizar la calidad en el sector hostelero
Hace ya casi 6 años entraba en vigor una ley cuyo objetivo era garantizar la calidad y autenticidad de los aceites puestos a disposición del consumidor final, contribuyendo a mejorar la imagen del producto y de las marcas productoras consolidadas en el mercado.
Para lograrlo, la legislación estableció que en los establecimientos del sector de la hostelería y la restauración y en los servicios de catering, los aceites deberían ponerse a disposición del consumidor final en envases etiquetados y provistos de un sistema de apertura con protección para impedir su reutilización una vez agotado su contenido original.
Muchos establecimientos han optado, desde entonces, por los formatos monodosis, como medio para garantizar esa calidad exigida por ley, de modo que cualquier consumidor puede consumir, de manera completamente segura, su porción de aceite de oliva para el desayuno o para los aliños de sus platos.
Un consumo más adecuado
La garantía de calidad no es la única ventaja que ofrecen estos formatos individuales. Los expertos en nutrición destacan que las porciones individuales contribuirían a logran un consumo más adecuado, en cuanto a cantidad, de los alimentos.
Un estudio publicado en la prestigiosa revista Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics asegura que, en para algunas personas, disponer de formatos de gran tamaño podría dificultar el control de los alimentos que ingieren. Por ello, aseguran, no solo sería de utilidad apostar por este tipo de envases de alimentos individuales fuera de casa, sino que también dentro de nuestro hogar podríamos aplicar la misma regla.
Porciones individuales: comodidad, mejor conservación y conveniencia
Los formatos individuales, además, son muy cómodos de usar y aseguran una mejor conservación del producto, ya que suponen siempre el acceso a un producto fresco, recién abierto, perfecto también como amenities para hoteles y apartamentos.
Además, estas porciones individuales permiten llevar con nosotros los productos cuando no los podemos consumir “in situ”, por ejemplo, cuando nos llevamos el desayuno o la comida al lugar de trabajo o para consumirlo al aire libre. En un momento como el actual, donde una gran parte de la población se ve obligada a realizar las comidas fuera de casa, es un elemento de gran ayuda para facilitar la utilización de productos como el aceite de oliva, fundamental en la dieta diaria.