Tendemos a asociar las ensaladas con la época veraniega, por ser platos que aportan frescor. Pero, ¿qué tal si les damos una pequeña vuelta de tuerca, optando por productos de temporada que se pueden tomar templados? Las ensaladas tibias se convierten así en un entrante o en un plato principal perfecto para los días fríos. ¿Quieres algunas ideas para prepararlas? Aquí van unas cuantas.
Con verduras asadas de temporada
Las verduras asadas constituyen una base ideal para elaborar una ensalada tibia. Durante los meses fríos están de temporada las alcachofas, la calabaza, el cardo, los puerros, las setas, el hinojo o las coles de hoja, como las berzas, además de otras variedades que podemos encontrar en el mercado durante todo el año, como pimientos o berenjenas. Aliñadas con una vinagreta elaborada con aceite de oliva y vinagre balsámico son una delicia.
A esas verduras podemos añadir alguna proteína, ya sea pescado o carne, así como frutos secos, semillas o hierbas aromáticas. Un buen ejemplo es la escalibada, una ensalada de verduras asadas que se puede comer fría o templada. Esta receta de Escalivada con bacalao es perfecta para esta temporada.
Con verduras cocidas o al vapor
Como ya os contamos en este artículo, la cocción y el vapor son algunas de las técnicas más utilizadas en el cocinado de verduras porque permiten aprovechar todos sus nutrientes. Además, las verduras que preparamos mediante cualquiera de estas dos técnicas son ideales para elaborar diferentes recetas de ensaladas tibias.
Para ello, procuraremos dejar las verduras en su punto óptimo de cocción, con el fin de lograr una textura agradable. Podemos utilizar judías verdes (como en esta receta), brócoli, coliflor o zanahorias y añadir trocitos de beicon, gambas salteadas, algún pescado al vapor o ahumado, lascas de queso curado –tipo parmesano–, o dar un toque gourmet, para celebraciones especiales, incorporando foie mi-cuit o confit de pato.
Con una base de quinoa, pasta o arroz
Si buscamos que nuestra ensalada tibia sea un plato completo, podemos utilizar como base quinoa, pasta o arroz, acompañada de vegetales, quesos frescos y hierbas aromáticas.
La quinoa, por ejemplo, aporta energía y fibra, proteínas vegetales muy completas y una cantidad enorme de minerales, por lo que incluirla en nuestras ensaladas tibias convertirá la receta en un compendio de beneficios para el organismo. Acompañada de acelgas o espinacas al vapor, rúcula, pepino y queso feta, con un chorrito de aceite de oliva virgen extra, es una cena deliciosa.
En el caso de pasta o arroz, podemos optar por utilizar variedades integrales, con el fin de agregar un extra de fibra y hacer nuestra ensalada tibia aún más saludable.
Aceite de oliva, el aliño ideal para las ensaladas tibias
Elegir bien el aliño para nuestras ensaladas tibias es muy importante para que el resultado final sea óptimo. El aceite de oliva virgen extra es una opción fantástica para cualquiera de ellas. Lo podemos mezclar con un vinagre suave o con otro más aromático, como el de Módena.
También podemos optar por aceites aromatizados, como trufa, albahaca, guindilla o romero, que aportan un toque extra a nuestros platos. O podemos decantarnos por el uso de nutraceites, como el de aguacate o el de nueces y soja.
El contenido tanto de las ensaladas tibias como los demás consejos me han parecido muy interesante