Hay platos que, tanto al cocinarlos como al degustarlos, nos proporcionan de inmediato una sensación de bienestar, devolviéndonos recuerdos de la infancia o momentos de felicidad. Para hablar de ella, se ha recurrido a la expresión inglesa “confort food” o, lo que es lo mismo, comida que reconforta. No importa que se trate de una receta dulce o salada, ya que son las sensaciones que nos produce las que permiten catalogarla como tal. Eso sí, muchos de los platos que protagonizan nuestras mesas en invierno entran dentro de esa categoría.
El término “confort food” comenzó a utilizarse en Estados Unidos en la década de los años 2000. Tras la gran crisis económica vivida, muchas personas buscaban una sensación de seguridad y tranquilidad, y la encontraron a través de la cocina, de los platos tradicionales que les evocaban épocas felices.
Una vuelta a los orígenes
En contraste con recetas exóticas y nuevas tendencias en la cocina, la “confort food” apuesta por platos que traigan recuerdos nostálgicos y emociones positivas. Aquellos con los que, con cada cucharada, nos invade una sensación de bienestar que viene del reconocimiento de los sabores.
Este regreso a platos simples y recetas tradicionales también es parte de otra gran tendencia que cada vez gana más seguidores: el regreso a lo básico en nuestras cocinas, a platos sencillos pero muy nutritivos que han formado parte del recetario de las familias durante años, pasando muchas veces de padres y madres a hijos.
En invierno, más “confort food”
En invierno, cuando las temperaturas bajan y pasamos más tiempo en casa, es cuando más recurrimos a platos reconfortantes, que nos provocan esa sensación de bienestar.
Hablamos de cremas de verduras, de sopas tradicionales, como esta Sopa de ajo, de platos de legumbres como las que preparaban nuestras abuelas en la lumbre, como este Potaje de garbanzos o estas Lentejas con arroz.
Y, por supuesto, postres, como el Arroz con leche o las Magdalenas que merendábamos de niños, al salir de colegio, con una onza de chocolate.
Hay tanta variedad de comida reconfortante como recuerdos felices de cada comensal, así que, si estos días el mal tiempo aprieta, llueve y hace frío, solo tenemos que ponernos nuestra ropa más cómoda y disfrutar –junto a la chimenea si tenemos la suerte de tener una– de un chocolate caliente, de un trozo de tarta de manzana o de cualquier otro plato que nos caliente el alma. ¿Te apuntas a la tendencia “confort food”?