Home / Frutas y verduras / 5 maneras de preparar las patatas como acompañamiento

Las patatas son uno de los acompañamientos más versátiles en recetas de todo tipo, ya sean platos de carne o de pescado. Rica en fibra y fuente de antioxidantes, vitaminas y potasio, este tubérculo es el complemento perfecto en muchos platos y más aún si utilizamos un buen aceite de oliva en su preparación. Hoy os mostramos 5 modos de preparar las patatas como acompañamiento.

Patatas fritas

Es uno de los acompañamientos más clásicos, nunca pasa de moda y, sin duda alguna, uno de los favoritos de muchos comensales, incluidos los más pequeños de la casa. Aunque parece un plato sencillo, hay que tener en cuenta una serie de trucos si queremos conseguir unas patatas fritas perfectas.

En primer lugar, la elección de la patata, que debe ser nueva para que su textura se mantenga firme cuando la freímos. Si, además, conseguimos que sea de la variedad “Agria”, bordaremos la receta, ya que conseguiremos que queden crujientes por fuera y tiernas por dentro.

En segundo lugar, e importantísimo, es elegir aceite de oliva para llevar a cabo la fritura. Además de aportar todos los beneficios de esta grasa, con él se consigue la temperatura perfecta para lograr el mejor resultado. 

Patatas asadas

Otro clásico cuando hablamos de guarnición son las patatas asadas en el horno, también muy sencillas de preparar. Para ello, solo necesitaremos patatas (podemos optar por la versátil variedad “Monalisa”) y papel de aluminio. Escogeremos patatas de un tamaño similar, las lavaremos y, sin secarlas, para conserven un poco de humedad, las envolveremos en papel de aluminio y las pondremos en el horno a 200ºC, entre 35 y 45 minutos minutos (dependiendo del tamaño de la patata).

Una vez asadas, las cortamos por la mitad y elegimos el aliño, que puede ser un chorro de aceite de oliva virgen extra y unas escamas de sal, un poco de mayonesa o alioli o, como hacen en otros países de Europa, añadiendo crème fraiche (nata de cocinar espesa) y alguna hierba fresca, como cebollino.

Rosti de patata

Los chefs suizos y, en menor medida, los franceses acompañan algunos de sus platos, sobre todo aquellos de carne guisada, con Rosti de patata, una especie de tortitas de patata y cebolla que son una delicia. Para elaborar el rosti de patata necesitaremos patatas nuevas (la misma variedad “Monalisa” nos puede valer), cebolla, perejil, sal, pimienta y un rallador grueso.

Pelamos las patatas, las rallamos y hacemos lo propio con la cebolla, mezclando todo. Añadimos sal, pimienta y perejil picado y damos forma a nuestras tortitas. Podemos freírlas en aceite de oliva virgen extra bien caliente (procurando que no sean muy gruesas, para que se hagan bien por dentro), o podemos dorarlas un poco en una sartén y, posteriormente, terminarlas en el horno durante unos 20 minutos a 200ºC (en este caso, podemos hacerlas un poco más gruesas).

Puré de patata

Tanto para acompañar platos de carne como de pescado, un buen puré de patata siempre es un acierto. Para elaborarlo, puesto que vamos a cocer las patatas, es preferible elegir variedades viejas o tardías, ya que tienen más cantidad de almidón.

A la hora de cocerlas, las pelaremos y cortaremos en trozos uniformes para que se cuezan por igual al mismo tiempo, añadiendo sal para que la absorban durante la cocción. Una vez terminada, utilizaremos un utensilio prensa-puré o un pasapurés y, mientras aún están calientes las patatas, añadiremos un poco de mantequilla a temperatura ambiente, o bien leche o nata de cocinar calientes, con el fin de que sea más sencillo que se integren bien. Además, es mejor añadir el líquido poco a poco para conseguir una textura perfecta.

Patatas “hasselback”

Y terminamos con un modo curioso de presentar la patata como acompañamiento: estilo “hasselback”. Se trata de una receta sueca en la que la patata se asa en el horno pero, a diferencia de la receta clásica, se realizan unos cortes que le dan un acabado muy atractivo.

Elegiremos patatas nuevas de tamaño mediano y realizaremos unos cortes paralelos (de 3 o 4 mm), sin llegar hasta el final. Para que sea más sencillo, podemos poner unos palillos chinos a ambos lados de la patata para que haga de tope para el cuchillo. Una vez hecho, las untamos con aceite de oliva y añadimos las especias que queramos, pimienta, pimentón, tomillo u orégano, entre los cortes. Las metemos al horno a 200ºC unos 30 o 35 minutos y, una vez cocinadas, podemos añadir más aceite de oliva o unos dados de mantequilla, cebolla picada o, incluso, queso rallado. Hay otra alternativa que consiste en añadir un poco de pan rallado antes de meterlas al horno, con lo que se consigue una especie de costra crujiente.

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