La vuelta al cole es una época que supone un importante desembolso económico para muchas familias, que les lleva a buscar diversas formas de ahorrar y de aprovechar los recursos a su alcance. La cocina de aprovechamiento puede ser una aliada para la vuelta al cole, ya que nos permite preparar recetas fáciles, rápidas y nutritivas, al tiempo que ahorramos dinero, reducimos el desperdicio alimentario y cuidamos el medio ambiente.
¿Qué es la cocina de aprovechamiento?
La cocina de aprovechamiento no es más que la práctica de utilizar al máximo los alimentos que tenemos en casa, evitando el desperdicio. Esto implica tanto el uso de ingredientes de otras elaboraciones que no hemos necesitado, como la inclusión de partes de alimentos que normalmente descartaríamos. Incluir este término en el día a día en la cocina nos ayudará a no tirar ingredientes sobrantes y a aprovechar todo lo que pueden proporcionarnos.
¿Cómo practicar la cocina de aprovechamiento?
Para practicar la cocina de aprovechamiento, solo se necesita un poco de imaginación, creatividad y organización. Aquí van algunos consejos para conseguirlo.
- Planifica el menú semanal con antelación, teniendo en cuenta lo que tienes en la nevera, el congelador y la despensa. Así evitarás comprar alimentos innecesarios o que caduquen.
- Haz una lista de la compra con lo que realmente necesitas y, lo más importante… ¡respétala! Eso incluye no dejarnos tentar por las ofertas o las novedades que no vayamos a consumir.
- Aprovecha las frutas y verduras de temporada, que son más baratas, más frescas y más nutritivas. Si sobran, podemos congelarlas, hacer conservas o preparar batidos, mermeladas o repostería.
- Reutiliza las sobras de las comidas para hacer otros platos, como croquetas, empanadillas, tortillas, ensaladas o sopas. También podemos congelarlas o guardarlas en recipientes herméticos para consumirlas otro día.
- Utiliza las partes menos nobles o apetecibles de los alimentos, como las cáscaras, los tallos, las hojas o los huesos. Podemos usarlos para hacer caldos, salsas, purés o guarniciones.
- Sé flexible y adapta las recetas a lo que tienes disponible. No hace falta seguir al pie de la letra las cantidades o los ingredientes. Puedes sustituirlos por otros similares o añadir algún toque personal.
Otros trucos para aprovechar al máximo los productos
Otro truco muy útil para evitar el desperdicio de alimentos consiste en etiquetar y fechar los alimentos al congelar las sobras. Esto nos ayudará a saber hasta cuándo son seguras para consumir.
Y no podemos olvidar llevar a cabo un inventario de la despensa: mantener un registro de lo que tenemos en la despensa y en la nevera nos permitirá elegir aquellos que caducan antes para no desperdiciar alimentos.
A la hora de cocinar, hay aplicaciones móviles que permiten encontrar recetas basadas en los ingredientes que ya tenemos en casa. Podemos utilizarlas aquellos días en que la imaginación se nos termina.
Y, por último, es aconsejable invertir en unos buenos recipientes herméticos para guardar las sobras de forma segura.
Algunos ejemplos de recetas de aprovechamiento para la vuelta al cole
¿Quieres ver algunos ejemplos sencillos de cocina de aprovechamiento al alcance de cualquier persona? ¡Toma nota!
- Arroz con pollo y verduras: puedes aprovechar el arroz que te haya sobrado del día anterior y saltearlo con trocitos de pollo y verduras variadas (zanahoria, guisantes, maíz, pimiento…). Añade un poco de salsa de soja y tendrás un plato completo y delicioso.
- Tortilla de patata y queso: utiliza las patatas que te hayan quedado cocidas o fritas y prueba a hacer con ellas una tortilla con huevos batidos y queso rallado.
- Croquetas de jamón y huevo: no tires el jamón serrano o york que te haya quedado seco o duro. Pícalo junto con un huevo duro, mezcla con una bechamel espesa y forma croquetas. Pásalas por harina, huevo y pan rallado y fríelas en aceite caliente. Además, puedes congelarlas y freírlas cuando las necesites
- Pizza de atún y tomate: aprovecha el pan de molde que te haya quedado duro y úntalo con tomate frito. Añade atún en lata, queso rallado y orégano y gratínalo en el horno hasta que se dore. Puedes añadir otros ingredientes que te gusten o que tengas en casa, como aceitunas, champiñones o maíz.
- Bizcocho de plátano y chocolate: coge los plátanos que se han puesto demasiado maduros y machácalos con un tenedor. Añade huevos, azúcar, harina, levadura y trocitos de chocolate y hornéalo. ¡Ya tienes un bizcocho para el desayuno o la merienda!