Reducir, reutilizar y reciclar es, desde hace años, una de las premisas más importantes para garantizar el cuidado del medioambiente. Los criterios ambientales y de sostenibilidad cada vez son más valorados a la hora de comprar cualquier producto y todos los países, especialmente en Europa, marcan un camino claro para la recuperación verde y la transición ecológica. Así ocurre también con el AOVE (aceite de oliva virgen extra) y sus envases, cuyo reciclaje resulta fundamental dentro de la llamada “Economía Circular”, que permitirá que traspasemos un planeta con futuro a las próximas generaciones. Pero, ¿sabes cómo reciclar aceite usado y por qué es importante?
¿Por qué reciclar aceite de oliva? El reciclado y su segunda vida
El aceite usado es uno de los residuos más contaminantes que existen si no seguimos los procesos de gestión de residuos destinados a ello. Si nos limitamos a tirarlo por un desagüe, no solo atascará tuberías y alcantarillados, sino que, si termina en ríos y océanos, dañaremos los ecosistemas marinos, ya que dificulta el intercambio de oxígeno.
La buena noticia es que, haciendo las cosas bien, puede ser valorizado en su totalidad, dotándolo de una segunda y útil vida. Por ello, recoger el aceite utilizado en las cocinas de casas y restaurantes es el primer paso para tratarlo en plantas especializadas y convertirlo en productos útiles, que van desde jabones y ceras a nuevos aceites industriales.
¿Cómo se recicla el aceite de oliva usado?
El proceso es muy sencillo, una vez utilizado y frío, solo tenemos que guardarlo en envases bien cerrados (ya sea de vidrio o plástico) y llevarlo al punto limpio o a un contenedor de recogida de aceite doméstico. Desde allí será recogido y trasladado a centros de transferencia, donde se determina su composición, se destila para eliminar el agua y los sedimentos, y se obtienen unas bases regeneradas, útiles para el posterior uso.
Como decíamos, los usos que se le puede dar al aceite reciclado son muy diversos, entre ellos, se puede hacer biocombustible para motores diesel, abonos, ceras, barnices, cremas, detergentes, lociones, jabones, pinturas, lubricantes o velas, entre otros.
¿Y los envases de aceite?
Por supuesto, el proceso de reciclaje no sería completo si no gestionásemos también los envases que contienen el AOVE.
Según el envase que se use para conservar el aceite de oliva, los materiales más usados para envasar aove son el plástico, el vidrio y las latas de acero (u hojalata). Todos ellos son materiales reciclables, cuyo proceso de reutilización contribuye a la sostenibilidad del planeta.
En el caso de envases de vidrio, han de depositarse en el contenedor verde. Las plantas de reciclaje se encargan de separar las impurezas que puedan tener, además de pasar por un separador magnético para recoger el material metálico (tapones) para, posteriormente, triturarlo para convertirlo en materia prima que permite generar nuevos envases.
Los envases plásticos, por su parte, se depositan en el contenedor amarillo, donde se recogen para llevar a la planta de reciclaje correspondiente. Allí se separan los materiales (etiquetas y otros restos) y se clasifican por colores. De este modo, se optimiza el uso de colorantes posterior. Se trituran, eliminan impurezas, secan y centrifugan para, finalmente, homogeneizarlos mediante un proceso mecánico para lograr un color y textura uniforme. Con ello, ya disponemos de nuevo material para distintos usos.
Reciclaje de aceite en latas
Por último, algunos aceites de oliva, como nuestro tradicional AOVE La Española Gran Selección, se envasan en latas de acero, aluminio u hojalata, unos materiales 100% reciclables, que no pierden sus propiedades al reutilizarlo, por lo que se pueden reciclar ilimitadamente, convirtiéndolos de nuevo en envases o en cualquier producto metálico destinado a sectores industriales, maquinaria, transporte, construcción, etc.
Para el reciclado de las latas, así como de otros envases metálicos, se necesita una separación en origen y una recogida selectiva previa. Para ello, deberemos depositar las latas en el contenedor amarillo. Desde allí, los envases son llevados a una planta de clasificación, donde el acero es separado por medio de un potente electroimán, se tritura, se lava para quitar impurezas y se envía a las plantas de fundición para reintroducirlo en el proceso productivo.
Como ves, reciclar aceite es muy fácil y todos podemos aportar nuestro granito de arena al cuidado del planeta. ¡No dejéis de hacerlo!