El uso de aceite de oliva en la elaboración de postres es cada vez más frecuente, aunque no es algo nuevo, ya que se lleva utilizando desde la antigüedad en toda la región Mediterránea. Además de aportar un sabor incomparable en muchas preparaciones dulces, es más saludable que otras grasas e, incluso, se precisa una cantidad menor que cuando usamos mantequilla o margarina. Pero, si quieres triunfar con tu postre, tendrás que elegir la mejor variedad para este tipo de recetas. El aceite de oliva 0,4 por su sabor suave es el más adecuado.
Además de las cualidades saludables ya conocidas, como su efecto protector de la salud cardiovascular o sus propiedades antiinflamatorias, el uso de aceite de oliva en los postres aporta otros beneficios, entre ellos una mejor consistencia. Esto ocurre porque el aceite de oliva es líquido y no contiene agua (al contrario de lo que ocurre con la mantequilla, por ejemplo), por lo que no la pierde durante el cocinado, logrando una textura perfecta.
Aceite de oliva suave, el mejor aceite para postres
A la hora de elaborar postres, el aceite de oliva elegido no debe tener un sabor demasiado fuerte ni demasiado pronunciado, ya que podría alterar el sabor final de la receta. Es decir, es conveniente evitar las variedades de aceite de oliva más amargas o picantes.
Por eso, como avanzábamos, los aceites de sabor más suave son ideales para este tipo de elaboraciones. El aceite de oliva suave es un aceite muy fluido, dulce y en el que casi no se perciben sabores intensos, lo que ayuda en la elaboración de muchos postres.
Los ingredientes para postres con los que mejor combina el aceite de oliva
Podemos elaborar infinidad de postres utilizando aceite de oliva suave como ingrediente, desde bizcochos a magdalenas, pasando por pasteles o galletas, entre otros. Además, hay una serie de ingredientes para postres con los que el aceite de oliva combina a la perfección. Es el caso de los cítricos, como la naranja, el limón o la lima, con los que podemos elaborar sabrosos bizcochos y pasteles.
Lo mismo ocurre con la vainilla, los frutos rojos, las frutas confitadas, las almendras o el chocolate negro. Probad a elaborar postres tradicionales con aceite de oliva, como puddings, helados, bombones, sorbetes, smoothies o flanes… Con el sabor que aporta el aceite de oliva… ¡triunfaréis, seguro!