A veces no nos damos cuenta pero, cuando cocinamos, tendemos a realizar las tareas de un modo determinado, ya sea por costumbre, porque así nos enseñaron nuestros padres o porque lo hemos hecho así desde el principio. Sin embargo, muchos de estos hábitos –que la mayoría tenemos– podrían no ser del todo recomendables. Algunos de estos errores no van más allá de que el resultado del plato no sea el esperado, pero otros podrían causarnos verdaderos problemas de salud. Seguid leyendo y paraos a pensar: ¿con cuántos de estos 10 errores que cometemos en la cocina os sentís identificados?
1. Manipulamos mal los huevos.
Cuando llegamos a casa y hemos comprado huevos, lo que solemos hacer es sacarlos del envase y colocarlos en la zona del frigorífico que el fabricante de electrodomésticos ha dispuesto para ellos, y que suele situarse en la puerta. ¡Error! La zona de la puerta, debido a las veces que abrimos y cerramos la nevera a lo largo del día, es la que más variaciones de temperatura sufre y, por lo tanto, la más peligrosa para guardar productos sensibles, como es el caso de los huevos. Lo mejor, según el Instituto de Estudios del Huevo, es dejarlos en su envase y colocarlos en uno de los estantes del frigorífico, donde estarán protegidos de los cambios de temperatura, de los olores y de los golpes.
No es la única precaución que debemos tener con estos productos. ¿Sueles cascar el huevo en el borde del recipiente donde lo vas a batir? ¿Separas las yemas de las claras utilizando la cáscara? Pues empieza a abandonar estos dos hábitos, ya que los gérmenes que se encuentran en la parte exterior del huevo pueden contaminar el producto.
Por cierto, tampoco es necesario lavarlos. Hoy en día, la mayor parte de los que encontramos en los supermercados, vienen completamente limpios.
2. ¿Lavar el pollo? No, gracias.
¿Sois de los que lavan el pollo antes de cocinarlo? Pues dejad de hacerlo. El pollo –y otras carnes– tienen bacterias patógenas bastante resistentes. Lavándolo solo conseguirás esparcirlas por el fregadero y otras superficies de la cocina, lo que puede provocar contaminación cruzada. En lugar de lavarlo, lo que haremos será cocinarlo bien para estar seguros de que terminamos con las bacterias.
3. El alcohol NO se evapora al cocinar.
Lo habréis oído muchas veces: “este plato lleva un poco de alcohol, pero se evapora al cocinar”. Pues, en realidad, no es así. O no lo es del todo. Se necesita cocinar un guiso a fuego lento durante más de 2 horas para que se evapore el 95% del alcohol que hemos utilizado. Por debajo de ese tiempo, el alcohol que permanece es importante. Por ejemplo, cuando flambeamos un plato, tan solo se evapora el 25% del alcohol, y si optamos por el horneado, casi la mitad del mismo permanece en nuestra preparación. Tenedlo en cuenta, sobre todo, si vas a cocinar para los más pequeños de la casa.
4. Echar aceite a la pasta para evitar que se pegue.
¿Soléis echar un chorrito de aceite a la pasta para evitar que se pegue? Pues también es un error. El aceite de oliva es buenísimo para muchas cosas, pero no para cocer espaguetis o macarrones. Lo único que conseguimos con ello es que pueda crear una película impermeable alrededor de la pasta que le impida coger bien los sabores, tanto de la sal como de la salsa posterior que vayamos a ponerle. Si no queremos que se nos pegue, el truco es sencillo: agua en abundancia para cocer y removerla, tanto al sumergirla como durante la cocción, con una cuchara de madera.
5. Descuidar el cuidado de la tabla de cocina.
La gran mayoría de nosotros contamos con tablas de cortar en nuestra cocina fabricadas en madera. Son muy útiles a la hora de preparar los ingredientes para cualquier receta. Sin embargo, no las cuidamos como es necesario. Por ejemplo, ¿cuántos de vosotros las habéis “curado” antes de su primer uso? Pocos, ¿verdad? Pues debéis saber que la madera es un material poroso que tiende a absorber los productos (incluidas bacterias), por lo que un “curado”, por ejemplo, con aceite de oliva resulta muy útil para impermeabilizar el material. Así, antes de usarla por primera vez, deberemos untarla dos o tres veces con aceite de oliva y dejarla secar.
La higiene posterior también es muy importante. El enemigo de la madera es el agua y otros líquidos, así que, cada vez que la uséis, lavadla inmediatamente y secadla a continuación; no la dejéis sobre la encimera mojada (se creará moho) y es mejor un lavado con el grifo corriendo que meterla en el lavaplatos. Y cuando picamos en ella alimentos que dejan restos de olor o de color, podemos echar mano del zumo de limón y de la sal gorda para quitar los restos.
6. Guardar en el frigorífico los botes de conserva abiertos.
Abrimos una lata de tomate triturado, o de alcachofas en conserva, o de anchoas. No lo gastamos entero. Le ponemos un trozo de film plástico por encima y lo metemos a la nevera. De nuevo… ¡error! Los botes de conserva suelen estar fabricados en aluminio o acero, dos materiales muy resistentes a la oxidación mientras están cerrados pero, en el momento en que abrimos las latas, el oxígeno entra en ellas y comienza la oxidación de estos materiales que, al contacto con los alimentos, los pueden dañar. Lo mejor, si no consumimos entera una lata de conservas, es guardar los restos en otro recipiente más apto (por ejemplo, un envase de plástico o de cristal con tapa).
7. Descongelar los alimentos a temperatura ambiente.
El calor es el principal enemigo de los agentes patógenos. Si dejamos un alimento congelado a temperatura ambiente, pueden comenzar a desarrollarse bacterias nocivas. Por eso, lo mejor, es sacar los alimentos con tiempo y dejar que se vayan descongelando dentro del frigorífico. Si se nos ha olvidado hacerlo pero lo necesitamos para ya, podemos optar por dos soluciones: la primera, si se trata de un alimento que esté bien cerrado al vacío, lo podemos sumergir en agua fría para que se descongele; la segunda, utilizar la opción de descongelado del microondas, teniendo cuidado para no pasarnos de tiempo y se puedan “cocer” los alimentos.
8. Abrir el horno durante la cocción de los alimentos.
Somos impacientes por naturaleza. Por eso, aunque en la receta ponga claramente que el plato que hemos metido al horno necesita 35 minutos de cocción, una extraña fuerza nos obliga a abrir la puerta del horno cada diez minutos para comprobar que el proceso sigue su curso. Lo único que conseguimos con ello es provocar un cambio de temperatura cada vez que abrimos la puerta, lo que se puede afectar al resultado final del plato. ¡Usemos la ventana de cristal que los fabricantes han creado para evitarlo! Dicho esto, una receta que nos encanta son las alitas al horno 🙂
9. No lavar la fruta… porque la vamos a pelar.
A veces, en repostería o el otros platos, utilizamos frutas como ingrediente. Nunca se nos olvida lavarla previamente cuando la vamos a consumir directamente sin pelar, sin embargo, no lo hacemos cuando le vamos a quitar la piel y es un error. En la piel de la fruta se concentra suciedad, productos químicos que se han usado para fumigar los árboles, restos de otros productos que han llegado allí durante el transporte… Y cuando empezamos a pelar la frutas, todos esos productos se van extendiendo por la parte “limpia”. Así que, no lo olvidéis, aunque vayáis a pelar la fruta, es mejor lavarla primero.
10. Descuidar la higiene de los paños de cocina.
Otro de los elementos más útiles en la cocina, los paños, y seguramente a los que menos atención prestamos. Si no les dedicamos una correcta higiene, es bastante probable que se conviertan en un nido de gérmenes y bacterias. Lo ideal es lavarlos después de cada uso, para evitar propagar los gérmenes que se quedan en ellos después de secarnos las manos en ellos o de usarlos para limpiar alguna superficie de la cocina. Se pueden lavar con agua hirviendo, con amoniaco, con vinagre, en la lavadora con un programa de agua caliente o, incluso, en el propio lavavajillas.
Y una vez hecho este repaso, sed sinceros… ¿Cuántos de estos errores en la cocina soléis cometer?
Muchas gracias por compartir estos errores que solemos hacer en la cocina. Excelente artículo y sin duda información a tener en cuenta