El salmón es un pescado saludable y fácil de cocinar. Marinado, ahumado, crudo o cocinado con diferentes técnicas, es una excelente opción para servir en cualquier ocasión y combina perfectamente con multitud de acompañamientos. Para disfrutar al máximo de este pescado, os dejamos 5 consejos a tener en cuenta para cocinar el salmón perfecto.
Un pescado que necesita poco tiempo de cocinado
El salmón es un pescado que necesita poco tiempo de cocinado. Si lo hacemos demasiado, queda seco y con una textura poco agradable, además de que perderemos propiedades nutricionales. Por eso, el cocinado del salmón no debe sobrepasar, en ningún caso, de los 20 minutos.
Si optamos por dorarlo en una sartén, necesitaremos hacerlo 8 minutos por cada lado. En cambio, si optamos por el horno, apenas necesitaremos 10 minutos (con el horno calentado a 180 o 190ºC). Ese mismo tiempo es el que necesitaremos para prepararlo mediante la técnica de “papillote”, es decir, la cocción dentro de un envoltorio resistente al calor, como aluminio o papel sulfurizado.
¿Cómo sabemos si el salmón está cocinado? Pues fijándonos en el color. Su carne se vuelve rosa conforme se va cocinando, pero no debemos dejar que adquiera un tono demasiado claro porque será señal de que lo hemos hecho en exceso. El centro del pescado debe tener aún un color ligeramente opaco. Y, por cierto, hay que tener en cuenta que se trata de un pescado frágil por lo que cuanto menos lo manipulemos, mejor.
Los grandes chefs cocinan el salmón solo por un lado
El secreto de los grandes chefs para conservar el interior del salmón tierno y jugoso es la cocción “unilateral”. Como su propio nombre indica, consiste en cocinarlo solo por un lado, sin darle la vuelta. Para ello, se condimenta previamente o, incluso, podemos dejarlo marinando durante unas horas con aceite de oliva y las especias que más nos gusten, como el eneldo, que va muy bien con este tipo de pescado. Posteriormente, lo pondremos en una sartén, a fuego fuerte, por el lado de la piel durante 1 o 2 minutos. Pasado ese tiempo, bajaremos el fuego casi al mínimo y lo dejaremos cocinando durante 10 minutos más, sin darle la vuelta. Para lograr una cocción más uniforme podemos cubrir la sartén durante los últimos minutos de cocinado.
Y si buscamos que la parte superior tenga un toque tostado, podemos usar un soplete de cocina durante unos segundos.
Cocción al vapor: saludable y con todo el sabor
Si buscamos la técnica más saludable, probablemente podamos elegir la cocción al vapor. Es el mejor modo de mantener todas las propiedades de este pescado, naturalmente rico en omega-3.
Para ello, lo colocaremos sobre una vaporera (con agua hirviendo debajo, durante unos 10 o 15 minutos. Podemos añadir hierbas aromáticas o usar, en lugar de agua para la cocción, un caldo de verduras de temporada, que le aportarán también aromas y sabor.
Protagonista estrella en las barbacoas
¿Quién dijo que las barbacoas solo podían ser de carne? El salmón es un pescado que queda perfecto cuando lo preparamos a la brasa. A la hora de hacerlo, es mejor cubrirlo con una buena capa de aceite de oliva, para evitar que se pegue a la parrilla, y colocarlo lo más alto posible, para evitar el contacto con las llamas.
En menos de 15 minutos, nuestro salmón estará listo y perfecto para comer. Dependiendo de si nos gusta más o menos hecho, optaremos por cocinarlo solo por un lado (quedará menos hecho) o darle la vuelta a la mitad de la cocción.
Marinado, perfecto para un aperitivo
Por último, si buscamos un aperitivo frío y delicioso, podemos preparar salmón marinado en casa. No debemos confundirlo con el salmón ahumado, para el que necesitaríamos usar otra técnica y disponer de una máquina ahumadora, aunque el resultado es excelente y la forma de consumirlo se asemeja bastante.
Para marinar nuestro salmón, solo necesitaremos tener el pescado con piel cortado por la mitad, en dos lomos, libre de espinas, sal, azúcar y eneldo (si puede ser fresco, mejor). Hacemos una mezcla de sal y azúcar a partes iguales y cubrimos los lomos (por la parte de la carne) con ella. Encima pondremos el eneldo.
Con cuidado, volvemos a juntar uno contra otro los lomos (por la parte de la mezcla), de tal modo que quede la piel hacia fuera. Lo cubrimos con un paño de algodón limpio (o, en su defecto, con film plástico) y lo colocamos en una fuente, poniendo algo de peso encima (podéis usar un brik de leche, por ejemplo). Lo dejaremos en la nevera durante 48 horas. Mientras, lo vigilaremos para desechar el posible líquido que haya podido soltar.
Pasado ese tiempo, solo tendremos con retirar la marinada muy bien y hacer láminas finas para servirlo como aperitivo o para que forme parte de otras recetas, como ensaladas, canapés, pizzas, etc.
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