A todos nos gusta disfrutar de un buen aceite de oliva en la cocina, para dar ese toque especial y saludable que buscamos en nuestras recetas. Y para garantizar que consumimos el aceite de oliva en las mejores condiciones, debemos cuidar su conservación. Las latas son uno de los mejores envases a la hora de preservar la calidad del aceite. ¿Quieres saber por qué?
Los enemigos del aceite de oliva: luz, oxígeno y calor
Conservar el aceite de oliva en buenas condiciones es una labor sencilla, ya que solo hay que conocer cuáles son sus enemigos, concretamente, la luz, el oxígeno y el calor, aunque podríamos decir que los tres se resumen en uno solo: la oxidación.
Y es que, al tratarse de una grasa, la oxidación provoca una degradación del producto, que le hace perder parte de sus propiedades, tanto nutricionales como organolépticas.
Comenzamos por la luz. La exposición a la misma puede provocar una pérdida de antioxidantes, especialmente tocoferoles. Además, esto provoca que el aceite se ponga rancio antes, si lo comparamos con el aceite almacenado en la oscuridad.
Lo mismo ocurre con el propio oxígeno, es decir, con el contacto del aceite de oliva con el aire y que, si se prolonga en el tiempo, provoca que sus propiedades sensoriales disminuyan rápida y significativamente. Por eso es tan importante que no dejemos ningún envase abierto más tiempo del necesario para su utilización.
Por último, las altas temperaturas de almacenamiento también afectan negativamente al perfil sensorial de los aceites de oliva. Si lo conservamos en lugares donde hace mucho calor, los aromas y sabores del producto comienzan a degradarse. Si eres de los que tiene el recipiente de aceite de oliva junto a los fuegos de la cocina… ¡ve buscando otro sitio!
El uso de envases metálicos, perfecto para conservar el aceite
Por todo ello, el uso de envases opacos, como las latas, es ideal para evitar que el aceite de oliva esté en contacto con la luz y, por tanto, podamos alargar su vida útil. Esto es especialmente importante cuando compramos envases de gran tamaño, que vamos a tardar un tiempo en consumir.
Este tipo de envases cuentan con un sistema de apertura especial, con boquilla antigoteo, que facilita su uso, extrayendo la cantidad que vayamos necesitamos en el día a día y permitiendo llevar a cabo un correcto cierre para evitar el contacto del aceite con el aire.
Además, como valor añadido, este tipo de envases son muy resistentes, por lo que podemos almacenarlos en la despensa o en otros espacios, al abrigo del calor, preservando así el producto al máximo.