A la hora de elaborar un bizcocho, muchas veces nos preguntamos qué es mejor, utilizar aceite de oliva o de girasol. Durante mucho tiempo ha existido la creencia de que las recetas de repostería debían elaborarse con mantequilla o con aceite de girasol en lugar de aceite de oliva. El argumento era que este último aportaba sabores demasiado fuertes que podían afectar al sabor final de bizcochos, magdalenas y otros postres. Pero nada más lejos de la realidad. El aceite de oliva es un ingrediente ideal para su uso en repostería por varias razones, que os contamos a continuación.
Aceite de oliva, el ingrediente más versátil
Para empezar, hay que señalar que no existe un aceite más versátil en la cocina que el aceite de oliva, ya que aporta aromas y sabores, además de múltiples beneficios nutricionales, sin enmascarar el sabor de los alimentos. Al contrario, el aceite de oliva tiene la virtud de potenciar el sabor de cada plato, incluyendo las recetas de repostería, como los bizcochos. Y esto es así porque es capaz de adaptarse perfectamente a cualquier técnica de elaboración.
En el caso de bizcochos y otros postres, el aceite de oliva aporta aromas y sabores frutados que enriquecen cualquier receta, sin olvidar que es la opción más saludable para cocinarlos.
Un ingrediente con múltiples beneficios saludables
El ácido oleico, principal componente de los aceites de oliva, ayuda a mejorar los niveles de colesterol sanguíneo, contribuyendo así a reducir uno de los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares, por lo que los alimentos elaborados con este tipo de aceites son más saludables.
Además, sus componentes antioxidantes –polifenoles y vitamina E– tienen un efecto protector de las células frente al daño oxidativo.
Amplia variedad donde elegir
A la hora de elaborar bizcochos y otros postres con aceite de oliva encontramos múltiples opciones donde elegir, ya que el sabor cambia según la variedad de la aceituna con que esté elaborado.
Hay variedades que aportan al aceite los frutados ligeros y que están especialmente recomendadas para la elaboración de platos dulces. Es el caso de la variedad Arbequina, bastante dulce y en el que casi no se perciben sabores amargos o picantes, con aromas frutados de manzana, plátano y almendra. Otras variedades muy recomendables para la elaboración de bizcochos son la Empeltre, también bastante dulce, de amargor y picor ligero y un alto frutado, en el que se aprecia con claridad el sabor de la manzana verde y de la almendra; la Royal, que da un aceite dulce, muy frutado, en los que predominan las notas a higuera; o la Picudo, que da a un aceite de oliva suave, frutado y muy aromático, en el que predominan las notas a manzana verde.