Hipócrates, el considerado padre de la medicina y que ejerció su labor en la Antigua Grecia, ya formuló, cuatro siglos antes de Cristo, aquello de que «somos lo que comemos». Y el tiempo no ha hecho mas que darle la razón. Más de dos milenios después, si algo tenemos claro es lo mucho que influye la alimentación en la salud de las personas, pero… ¿es posible que influya también en nuestro humor?
Pues parece que sí. Los estudios científicos así lo aseguran y, de ellos, ha surgido un movimiento denominado «Mood food«, que nació en Japón hace algo más de una década. Del país nipón pasó a Estados Unidos, donde es una tendencia bastante extendida, y de ahí a otros países, como Reino Unido y España. Hace apenas año y medio, el periodista y divulgador experto en nutrición Miguel Ángel Almodóvar, presentaba en nuestro país el libro Mood food. La cocina de la felicidad» en el que, además de hablar en profundidad de esta tendencia, incluye recetas de grandes chefs españoles, como Paco Roncero o Mario Sandoval, basados en esos ingredientes que nos hacen más felices y que nos ponen de buen humor.
La ciencia lo avala
Diversos estudios científicos llevados a cabo por todo el mundo desde hace décadas avalan este movimiento. Existen alimentos que contienen sustancias que activan los neurotransmisores cerebrales ligados a las experiencias de placer. Y no se trata de magia sino de ciencia. Cada alimento que ingerimos tiene el potencial de modificar los procesos químicos de nuestro cerebro y, por tanto, el modo en que nos sentimos.
Así pues, vivimos una vida rodeados de estrés y acudimos al médico en busca de ayuda o de diferentes terapias, cuando tenemos en nuestra mano el primer paso para combatirlo: la alimentación. Durante años hemos comido determinados productos porque son buenos para el corazón o para el hígado, por ejemplo, o hemos evitado otros que sabíamos que podían hacernos daño. Pero el cerebro no está aislado del resto del cuerpo y, por lo tanto, también se ve afectado por lo que comemos o bebemos, igual que cualquier otro órgano.
No es algo nuevo. En la antigüedad ya se relacionaba diferentes alimentos con el bienestar o el vigor físico. La única diferencia es que ahora la ciencia nos permite investigar sus componentes y conocer sus mecanismos de actuación, es decir, cómo pueden evitar el estrés, controlar la ansiedad o, en algunos casos, incluso alejar la depresión.
Un amplio abanico de opciones
La lista de los llamados «alimentos de la felicidad» es amplia. Empezando por el aceite de oliva, los aguacates, el pescado, el chocolate, el pollo o los plátanos, por mencionar sólo algunos. Se trata de alimentos que contienen sustancias como el triptófano, la teobromina, los ácidos grasos omega-3, la feniletilamina, la vitamina C o la capsaicina, que ejercen una poderosa función de liberación de estrés en nuestro cerebro.
Pero, ¿por qué sucede? La explicación está en la química. Por ejemplo, el triptófano es un aminoácido esencial indispensable para promover la liberación de serotonina y ésta, según los expertos, desempeña un papel fundamental en la inhibición de la ira y la agresividad, influyendo de manera determinante en el humor. Si a eso le añadimos una dieta rica en omega 3 (pescado y frutos secos), magnesio o zinc, que son fundamentales para poder sintetizar esa serotonina, el resultado es inmediato.
En la antigüedad ya se relacionaba diferentes alimentos con el bienestar o el vigor físico
Otro ejemplo lo tenemos en los productos que contienen vitamina C, fundamental para aumentar los niveles de dopamina, otro neurotransmisor protagonista en el control de las funciones mentales, como el estado de ánimo. Sin olvidar, por supuesto, las endorfinas, conocidas como moléculas de la felicidad, y que se relacionan con los estados de bienestar y felicidad. La práctica de deportes libera endorfinas (y la fase de enamoramiento de las personas), pero también determinados alimentos ricos en fenilalanina, como la piña o el tomate. ¿Y qué decir del chocolate?, un excelente liberador de endorfinas. Según un estudio de la Universidad de Alicante, el azúcar y la manteca de cacao hacen que el cuerpo sea receptivo a absorber triptófano. Además, contiene feniletilamina, que eleva los niveles de azúcar en sangre y tiene un efecto estimulante. En el Reino Unido, incluso, se están llevando a cabo estudios acerca de la influencia de la ingesta de chocolate en la reducción de la agresividad.
En el caso del aceite de oliva, además de ser bueno para nuestras arterias, protege los ácidos grasos omega 3 que ingerimos y que son los que mantienen alerta nuestro sistema nervioso. Y la capsaicina, que hemos mencionado anteriormente, y que está presente en el chile, por ejemplo, combate la frustración, la ira y la depresión. El cerebro percibe ese picor como si fuese dolor y libera endorfinas para contrarrestarlo, potenciando la sensación de bienestar.
Lo mejor de todo esto es que llevar una dieta variada y equilibrada, que incluya alimentos con están sustancias que nos hacen ser felices está al alcance casi de todo el mundo. ¡Incluyamos en nuestra dieta alimentos con fibra, frutos secos, aguacates, plátano, piña, aceite de oliva, pescado, pollo… y chocolate!
