La miel es un verdadero tesoro para la salud. Natural, muy energética y con múltiples beneficios para el organismo, se convierte en uno de nuestros grandes aliados cuando comienza el frío. Y es que, en esta época del año, nuestro cuerpo no se encuentra en la mejor posición para luchar contra las agresiones externas, por lo que un poco de ayuda extra nunca viene mal.
Con efectos antibacterianos, antiinflamatorios, antialérgicos y hasta rejuvenecedores, la miel es una especie de producto mágico para nuestro organismo. Vamos a ver sus beneficios con más detalle.
- Es antibacteriana y un antibiótico natural: la miel tiene propiedades antibacterianas y, por lo tanto, evita que las bacterias se adhieran y se multipliquen. Si te sientes enfermo, no dudes en tomar una cucharada de miel con cada comida, ya sea añadiéndola al café con leche, al té, al yogur del postre… Con ese pequeño gesto ayudarás a tu organismo a combatir las bacterias, gracias a este antibiótico natural que ayuda a reforzar el sistema inmunitario.
- Aporte gran cantidad de energía: el consumo de miel incrementa el aporte de glucosa, lo que permite al cuerpo realizar un esfuerzo físico más largo e intenso. En los días fríos parece que al cuerpo le cuesta un poco más realizar ciertos esfuerzos, por lo que este aporte de glucosa facilita el trabajo.
- Ayuda a calmar la tos: los meses fríos traen consigo, muchas veces, resfriados que vienen acompañados de tos. Para calmarla, nada mejor que una cucharada de miel, sobre todo antes de dormir. También podemos preparar una infusión caliente, mezclando zumo de limón con miel. ¡El efecto es inmediato!
- Cuida de la piel: el viento, la lluvia y el frío pueden causar estragos en la piel durante el invierno y, para evitarlos, la miel también puede ayudar. Es perfecta para hidratar los labios, pero también para preparar mascarillas que ayudan a regenerar nuestra piel.
- Combate el insomnio: ¿te cuesta más dormir durante esta época del año? Pues, una vez más, puedes echar mano de la miel, ya que tiene propiedades sedativas por lo que, añadidas a una infusión antes de ir a la cama, conseguirás quedarte dormido más rápido.
Miel y aceite de oliva, dos ingredientes para el desayuno perfecto
Algunas de estas propiedades de las que hemos hablado las asociamos a actos que llevamos a cabo antes de irnos a dormir, pero también es recomendable comenzar el día incluyendo la miel en nuestros hábitos. Y no solo la miel sino también… ¡el aceite de oliva! Se trata de dos ingredientes que combinan a la perfección y con los que sumamos beneficios.
Según el informe “Estado de situación sobre el desayuno en España”, publicado por la Fundación Española de Nutrición -FEN-, para que un desayuno sea completo debería aportar entre el 20-25% de las necesidades energéticas diarias, e incluir al menos cuatro grupos de alimentos: leche o derivados lácteos, cereales y derivados (pan, galletas…), frutas y otros alimentos, como pueden ser el aceite de oliva, la miel o los frutos secos.
Por ello, y para disfrutar de un desayuno perfecto, aquí va nuestra propuesta: unas tostadas de pan (si puede ser de grano completo, mejor), acompañadas de aceite de oliva y miel. ¡Pruébalas porque te van a encantar!