Conservar los quesos en un recipiente con aceite de oliva es una técnica de conservación que se ha utilizado durante muchos años para alargar la vida útil de estos productos. Pero si, además, elegimos aceites aromatizados para hacerlo, conseguimos unos quesos marinados que se convierten en el aperitivo perfecto.
¿Cómo preparar nuestros quesos marinados en aceites aromatizados?
Por regla general, para elaborar este delicioso aperitivo es conveniente elegir un tipo de queso con un cierto grado de maduración, con el fin de que mantenga más cuerpo y no se deshaga al permanecer en contacto con el aceite de oliva.
Elegimos un recipiente de cristal con un bocal amplio que, posteriormente, se pueda cerrar de manera hermética. Añadimos el aceite aromatizado de nuestra elección, por ejemplo, alguna de las variedades de La Española (con guindilla, con romero, con ajo, con albahaca o con trufa blanca). Introducimos el queso elegido cortado en trozos, preferiblemente del tamaño de un bocado, para que, a la hora de servirlo, no tengamos que hacer nada más. Además, es un modo estupendo de aprovechar mucho más el recipiente y la cantidad de aceite utilizado.
Debemos mantener el queso con el aceite en el recipiente cerrado durante un periodo mínimo de 48 horas, aunque cuanto más tiempo los dejemos mejor se impregnarán de los sabores que aportan las diferentes variedades de aceite. Durante ese periodo lo mantendremos fuera del frigorífico, en una despensa al abrigo de la luz. Si lo dejamos dentro de la nevera, el aceite se solidificará y no aportará los mismos aromas al queso.
Un marinado perfecto para cada variedad de queso
El queso y el aceite elegido siempre va a depender de los gustos de cada persona aunque, a grandes rasgos, podemos decir que los quesos elaborados con leche de oveja son deliciosos con un aceite aromatizado con guindilla, por el picor que les aporta.
Los quesos de cabra quedan muy bien cuando elegimos aceites aromatizados con hierbas, como el romero o la albahaca, mientras que los de vaca van perfectos con los aceites de trufa y los de ajo.
Puedes preparar varios envases para tener siempre listo un aperitivo o, por qué no, regalarlo a familiares y amigos. ¡Seguro que lo agradecen!