El langostino es uno de los crustáceos más famosos y un alimento muy saludable. Aunque es habitual encontrarlo en los comercios durante todo el año, sobre todo congelado, es ahora cuando se encuentra en plena temporada. Aprovecha, además, que es un marisco muy asequible para disfrutar de todo lo que ofrece.
¡Perfecto para la “operación bikini”!
El langostino es rico en una importante fuente de proteínas y tiene un contenido muy bajo en lípidos. Además, es saciante, por lo que es recomendable incorporarlo a una dieta saludable, sobre todo ci estamos en plena “operación bikini”. A ello hay que añadir que contiene aminoácidos esenciales para nuestro organismo, con efectos beneficiosos en el sistema digestivo. Estas proteínas, que contienen la mayoría de mariscos y pescados en grandes cantidades, contribuyen a que el cabello, las uñas, los huesos y la piel estén sanos.
Los langostinos también son ricos en omega-3, que tiene efectos antiinflamatorios y ayuda a prevenir los trastornos del estado de ánimo.
Recordad que todos estos componentes beneficiosos se encuentran en el cuerpo del langostino. La cabeza, al igual que ocurre con gambas, cigalas y otros productos de la familia de los crustáceos, contiene metales, como el cadmio, cuya acumulación en el organismo puede resultar, incluso, cancerígena, por lo que es conveniente desecharlas.
Comprar y conservar langostinos
En el mercado, vamos a encontrar los langostinos de tres formas: frescos y crudos, crudos congelados y ya cocidos y congelados. La elección entre unos y otros dependerá del uso culinario que le vayamos a dar. Si nuestra idea es tomarlos sin más preparación, o incorporarlos a ensaladas y platos fríos, podemos optar por los que vienen ya cocidos.
Para incluirlos en otras recetas, lo mejor es comprarlos crudos, ya sea en fresco o congelados, que nos ofrecerán mayor versatilidad en cocina.
En cuanto a la conservación, si están crudos procuraremos consumirlos en las 24 horas siguientes a la compra. Si los hemos comprado frescos, podemos congelarlos para un consumo posterior. Si los compramos ya cocidos, pueden aguantar en la nevera hasta 48 horas.
Los langostinos en la cocina
El langostino permite múltiples preparaciones, además de ser un ingrediente imprescindible en algunas recetas. El modo más sencillo de consumirlo es cocido, acompañado de una buena mayonesa casera elaborada con aceite de oliva. También se pueden preparar en tempura o simplemente salteados con ajo y guindilla.
Los podemos incorporar en ensaladas, como esta Ensalada templada con queso de cabra y langostinos, en un saludable tartar, como este de langostinos y quinoa, o recetas refrescantes para verano, como este Cóctel de langostinos.
Los arroces también funcionan muy bien con los langostinos, ya sea estilo “paella” o en risotto.
Además, podemos combinarlos con otros pescados y mariscos, como estas Albóndigas de merluza y langostinos, o estos Calamares rellenos de langostinos y jamón ibérico, con los que seguro que sorprenderéis a vuestros invitados.
Por último, los podemos acompañar con verduras, pasta o masas, como el Calabacín relleno de langostinos, los Canelones de langostinos y setas y los Crepes de langostinos y espinacas.
¿En qué otras recetas los incorporáis vosotros?