De un tiempo a esta parte se ha puesto de moda el término “superalimento” para designar a aquellos productos que, por su composición, son capaces de aportar beneficios extras al organismo cuando los consumimos, más allá del aporte de nutrientes normal.
Dentro del grupo de los superalimentos hemos oído hablar de semillas, bayas, plantas y raíces, pero también encontramos productos cotidianos y al alcance de todos que, basándonos en los efectos saludables que nos aportan, entran perfectamente dentro de la definición de “superalimentos”, comenzando, cómo no, por el aceite de oliva virgen. Casi todos ellos, además, forman parte de la Dieta Mediterránea. ¿Queréis conocerlos?
1. Aceite de oliva virgen: ya lo hemos comentado en múltiples ocasiones… Los componentes antioxidantes del aceite de oliva hacen de él un “superalimento” que nos permite luchar contra el envejecimiento celular y prevenir contra algunas enfermedades degenerativas. Pero es que, además, cuenta con elementos que ayudan a prevenir ciertos tipos de cáncer, como el de mama, y funciona como un potente analgésico, tal como han demostrado diferentes estudios científicos llevados a cabo en todo el mundo. ¿Necesitamos algún dato más para incluir al aceite de oliva en esta categoría?
2. Pescado azul: su altísimo contenido en ácidos grasos omega 3 nos protegen de las enfermedades cardiovasculares, ya que ayudan a reducir los niveles de triglicéridos y la presión arterial. Además, son muy beneficiosos para mantener una buena salud neuronal. Y no solo eso, su alto contenido en fósforo es imprescindible para la formación de huesos y dientes. Entre ellos, podemos destacar al atún blanco, salmón, caballa, merluza, bacalao, bonito del norte, boquerón.
3. Brócoli: y su pariente, el bimi… Fuente de antioxidantes y de vitamina A, C y E, además de aminoácidos, zinc, potasio y fibra, ambos vegetales ayudan a eliminar toxinas, a mejorar el aspecto de la piel, a proteger el sistema inmunológico e, incluso, a prevenir la anemia, gracias a su contenido en hierro. Ah… y si estás embarazada, es un alimento perfecto porque es muy rico en ácido fólico.
4. Granada: una de las frutas antioxidantes por excelencia. Su contenido en polifenoles y otros nutrientes, como la vitamina A, B, C y E, además de calcio, potasio y hierro, le otorga “poderes mágicos” sobre nuestro organismo: protege el corazón, ayuda a eliminar toxinas, es una aliada en la pérdida de peso, estimula el sistema inmunológico, ayuda a prevenir algunos tipos de cáncer y hasta mejora la función eréctil e incrementa el recuento de espermatozoides, según algunos estudios.
5. Aguacate: más de 20 vitaminas y minerales, entre ellos las vitaminas A, B1, B2, B3, B5, B6, E, K, ácido fólico o potasio, son algunos de los nutrientes que podemos encontrar en los aguacates, a lo que hay que añadir que aportan al organismo ácidos grasos monoinsaturados beneficiosos para el corazón. Sus antioxidantes (entre ellos luteína y zeaxantina) también mejoran la salud ocular y son fuente de fibra.
6. Chocolate negro: por su contenido en flavonoides, que ayudan a equilibrar los niveles de presión arterial y protegen el corazón, el chocolate negro se incluye en el grupo de “superalimentos”. Pero es que, además, estimula la producción de endorfinas, también conocidas como “hormonas de la felicidad”, que nos ayudan a mejorar nuestro humor; y teobromina, que mejora la digestión. Aunque, por su alto contenido calórico, hay que comerlo con moderación… ¡nos encanta que tenga tantos beneficios!
7. Legumbres: forman parte de nuestra dieta desde hace miles de años y una de las composiciones de nutrientes más completas que podemos encontrar el el mundo alimentario: ricas en proteínas, bajas en grasas insaturadas, con un aporte importante de minerales como el hierro, el zinc o el magnesio, vitaminas, fibra… Por todo ello, son un producto perfecto para prevenir la anemia y presumir de una salud inmejorable. No en vano, la FAO ha designado 2016 “Año Internacional de las Legumbres”.
8. Algas marinas: hemos dicho al principio que os íbamos a hablar de superalimentos al alcance de todos e incluimos las algas porque, gracias a sus propiedades nutricionales, cada vez es más fácil encontrarlas en supermercados. Sus proteínas y el contenido en calcio, hierro, fibra y otros minerales juegan a nuestro favor. Son ideales para prevenir la osteoporosis y también mejoran el tránsito intestinal. ¡Ojo! No todas las algas son comestibles, así que descartamos darnos un paseo por la playa para recoger las como ingredientes para nuestros platos. Entre las más fáciles de encontrar tenemos las variedades Nori, Wakame y Espirulina.
9. Vino tinto: sabemos que el consumo de alcohol, en general, es perjudicial para el organismo, aunque hay excepciones y una de ellas es el vino tinto (de manera moderada, por supuesto). Es rico en polifenoles, sobre todo en resveratrol, que nos ayuda a cuidar la salud cardiovascular, a combatir el cansancio e, incluso, a mejorar los procesos cognitivos. Además, los compuestos de las uvas fermentados sirven para tratar infecciones de encías. Si a eso le añadimos que optimiza la depuración de la vejiga y los riñones y que incrementa la liberación de endorfinas, tenemos el acompañamiento perfecto para la dieta.
10. Café: y si hemos incluido la bebida en este menú de “superalimentos” que hemos creado, tendremos que terminar con un café. Parece que los últimos estudios científicos que han salido a la luz le confieren propiedades importantes para la salud (de nuevo, consumido moderadamente). Por ejemplo, su consumo acelera el metabolismo, lo que es perfecto para ayudarnos a perder peso, sobre todo si tenemos en cuenta que apenas tiene calorías. Sus antioxidantes ayudan al organismo a metabolizar mejor los azúcares y es bueno para prevenir enfermedades cardiovasculares, aunque los procesos de tostado tradicionales pueden reducir bastante estos beneficios.
¡Con este completo menú estamos listos para llevar una “superdieta”!