El aceite de oliva es uno de los pilares de la dieta mediterránea, considerada una de las más saludables del mundo. Numerosos estudios han demostrado los beneficios del aceite de oliva para la prevención de enfermedades cardiovasculares, el control del colesterol, la mejora de la función cognitiva y la protección frente al cáncer. Pero, ¿puede el aceite de oliva ayudarnos también a vivir más y mejor? ¿Qué evidencias hay al respecto? Te contamos todo acerca de cómo afecta el aceite de oliva a la longevidad.
Aceite de oliva y longevidad
Durante siglos, las poblaciones que han consumido este aceite como parte de su dieta diaria han demostrado una mayor esperanza de vida y una mejor calidad de vida, en general. Se trata de personas que han alcanzado la nada desdeñable edad de 100 años o más y presentan una baja incidencia de enfermedades crónicas comunes, como enfermedades cardíacas, cáncer y diabetes. Los investigadores han encontrado que la dieta juega un papel fundamental en su longevidad y, en particular, que el aceite de oliva es un componente esencial de dicha dieta.
El aceite de oliva, especialmente el extra virgen, aporta múltiples beneficios debido a su alto contenido de compuestos antioxidantes y ácidos grasos monoinsaturados saludables. Estos antioxidantes protegen al cuerpo contra el daño de los radicales libres, que pueden contribuir al envejecimiento y al desarrollo de enfermedades crónicas. Además, los ácidos grasos monoinsaturados ayudan a mantener niveles saludables de colesterol y reducir la inflamación, lo que a su vez protege el corazón y mejora la salud cardiovascular en general.
Modelos animales
Algunos estudios se han basado en modelos animales, como el llevado a cabo por el catedrático de la Universidad de Granada José Mataix, sobre el efecto del aceite de oliva sobre la longevidad, quien recibió el Premio Alimentación y Salud que otorga la Facultad de Farmacia de la Universidad de Navarra en 2006. Mataix realizó una investigación en modelos animales que mostró que el consumo de aceite de oliva virgen incrementaba la esperanza de vida y retrasaba el envejecimiento.
Según Mataix, el aceite de oliva virgen contiene una serie de compuestos bioactivos, como polifenoles, tocoferoles y escualeno, que actúan como antioxidantes y antiinflamatorios, protegiendo a las células del estrés oxidativo y la inflamación crónica, dos procesos implicados en el envejecimiento y las enfermedades asociadas a él. Además, el aceite de oliva virgen modula la expresión de genes relacionados con el metabolismo energético, la reparación del ADN y la longevidad celular.
Y poblaciones humanas
Pero los estudios sobre la relación entre el consumo de aceite de oliva y longevidad también se han llevado a cabo en poblaciones humanas que lo consumen habitualmente y que presentan una alta esperanza de vida y una baja incidencia de enfermedades crónicas. Este es el caso de algunas zonas del Mediterráneo, como Cerdeña (Italia), Ikaria (Grecia) o Nicoya (Costa Rica), consideradas como «zonas azules» por su elevado número de centenarios.
Uno de los principales estudios sobre poblaciones centenarias se llevó a cabo en la isla de Creta, Grecia, y conocido como el Estudio de los Siete Países, en el que se examinó la dieta y el estilo de vida de diferentes poblaciones europeas. Los resultados revelaron que los habitantes de Creta, que consumían grandes cantidades de aceite de oliva, presentaban tasas significativamente más bajas de enfermedades cardíacas y una mayor esperanza de vida en comparación con otros grupos. Esto condujo a la popularización de la dieta mediterránea, en la que el aceite de oliva desempeña un papel crucial.
Otro estudio realizado en la región de Cilento, Italia, conocido como el Estudio de Ancianos de Cilento, se centró en una población de personas de edad avanzada que disfrutan de una vida larga y saludable. El consumo regular de aceite de oliva fue uno de los principales factores dietéticos identificados en esta población. Los investigadores descubrieron que el aceite de oliva desempeña un papel clave en la prevención de enfermedades cardiovasculares, el mantenimiento de la función cognitiva y la protección contra el deterioro cognitivo relacionado con la edad.
En Cerdeña se llevó a cabo otro estudio que mostró que el consumo habitual de aceite de oliva se asociaba con una menor mortalidad por causas cardiovasculares y un mejor estado funcional en los ancianos.
También fuera de las regiones mediterráneas
No solo los estudios en poblaciones mediterráneas respaldan los beneficios del aceite de oliva para la longevidad. Investigaciones realizadas en otros lugares del mundo también han llegado a conclusiones similares. Por ejemplo, un estudio en Japón encontró que las personas que consumían aceite de oliva regularmente tenían una menor incidencia de enfermedad coronaria y una mayor esperanza de vida.
Y, por último, un estudio realizado en Nicoya (Costa Rica) encontró que el consumo diario de aceite de oliva se vinculaba con una mayor longevidad y una menor inflamación sistémica en los adultos mayores.
Todos estos estudios sugieren que el aceite de oliva podría ser uno de los factores que contribuyen a la extraordinaria longevidad y salud de estas poblaciones. Sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y neuroprotectoras hacen que el aceite de oliva sea un componente clave de una dieta saludable para promover una vida larga y activa. Al incorporar el aceite de oliva en nuestra alimentación diaria, podemos disfrutar de sus beneficios para la salud y caminar hacia una vida más larga y satisfactoria.