Con la vuelta al cole llegan también las «peleas» por la comida. Así que mejor vete aprendiéndote estos trucos para conseguir que los niños se coman las legumbres, el pescado o la fruta. Tras un verano relajado, llega el momento de recuperar las buenas costumbres en cuanto a horarios de descanso, estudio y, por supuesto, alimentación. Si durante las vacaciones hemos sido más permisivos con la comida, es hora de retomar una dieta saludable y equilibrada, donde primen los productos más nutritivos y adecuados para afrontar los hábitos diarios durante el curso escolar.
A pesar de su aporte energético y de los múltiples beneficios para la dieta de los más pequeños, uno de los alimentos que, en ocasiones, más cuesta que coman son las legumbres. ¿Cómo podemos hacerlas más atractivas para los niños? Gracias a su versatilidad, es más fácil de lo que parece. Veamos cómo.
Creatividad al poder
Sustituir las recetas tradicionales y convertirlas en otras más creativas y atractivas para los más pequeños es uno de los trucos con más éxito. Si tus hijos no aceptan los platos de cuchara, podemos usar las legumbres en otro tipo de recetas, como por ejemplo, el hummus. La receta tradicional, como sabéis, se elabora con garbanzos, pero también podemos sustituirlos por lentejas o alubias. Lo importante es que, al utilizar verduras, tostadas o pan de pita para “dippear”, resulta un plato mucho más atractivo a sus ojos. También podemos untarlo en pan, a modo de sándwich para la merienda.
O podemos machacar las legumbres cocidas y elaborarlas en forma de hamburguesas o albóndigas, unos platos mucho más populares entre los más pequeños, y acompañarlos de alguna de sus salsas favoritas.
Hazles protagonistas del plato
Meter a los niños en la cocina y hacerles partícipes del proceso de elaboración de los platos es un truco estupendo para que se animen a probarlo. Si dejamos que nos acompañen a hacer la compra, a elegir los productos y a transformarlos en la cocina para conseguir una receta va a ser mucho más fácil que se animen a comerla… porque lo han cocinado ellos.
Asimismo, podemos jugar con el emplatado de las legumbres. En lugar de limitarnos a servir una cucharada de garbanzos, podemos jugar un poco con la imaginación y dar formas divertidas a los platos para despertar el interés de los pequeños por la comida.
Y si nada de lo anterior funciona, siempre nos queda el método del camuflaje, es decir, incorporarlos a algunos de los platos que sabemos que sí les gustan, como sopas, purés o, incluso postres, como bizcochos o brownies, a los que se pueden añadir alubias, puerros, pimiento, calabacín u otras legumbres sin que los niños noten la diferencia.
Un cómic para conmemorar el Año Internacional de las Legumbres
La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) ha querido hacer un guiño a los niños en este Año Internacional de las Legumbres y ha lanzado un cómic educativo que muestras a los más pequeños de la casa la historia de estos productos y cuáles son los beneficios que aportan a la dieta.
El cómic, muy cortito para que sea más atractivo para los más chiquititos, es una herramienta perfecta, tanto dentro como fuera de las aulas para animar a los niños a comer legumbres e incluye una receta para elaborarla con ayuda de un adulto.