La gastronomía es uno de los principales reclamos turísticos de nuestro país y una de sus señas de identidad. Por este motivo, ha sido incluida en la reciente Ley aprobada por la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial. Desde ahora, la gastronomía española ostenta el título de bien cultural inmaterial de nuestro país y, como tal, debe salvaguardarse y protegerse.
La Real Academia de Gastronomía, con Rafael Ansón al frente, ha sido la impulsora de esta ley, que prevé la creación de un Plan Nacional de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial encargado de velar por su cumplimento, y de un Inventario General de Patrimonio Cultural Inmaterial.
Esta iniciativa se une a la llevada a cabo el pasado año, cuando la propia Academia de Gastronomía firmó un acuerdo con varios Ministerios para defender alimentación saludable y poner en marcha acciones educativas en torno a la gastronomía española y los productos que más la representan, entre ellos el aceite de oliva, presente en gran parte de nuestras recetas. Entre otras acciones, se acordó divulgar entre el alumnado de segundo ciclo de Educación Infantil y de Educación Primaria conocimientos y experiencias sensoriales sobre alimentación, nutrición y hábitos alimenticios saludables, así como promover la implantación de titulaciones oficiales específicamente orientadas a la formación de los profesionales de la gastronomía y la puesta en marcha de programas de educación nutricional y gastronómica.
A nivel europeo, estas iniciativas también tienen una representación importante desde que el Parlamento Europeo aprobara, el año pasado, un informe sobre el «Patrimonio Gastronómico Europeo: aspectos culturales y educativos», que incidía en la importancia de incorporar al sistema educativo europeo los conocimientos sobre gastronomía y hábitos alimenticios. La Eurocámara solicitaba entonces a los Estados miembros que estos temas se incluyeran en los planes educativos y recomendaba la puesta en marcha de actuaciones para enriquecer el currículum escolar con información relativa a la cultura gastronómica y a los procesos de preparación, producción y conservación de los alimentos. Y todo ello sin olvidar, por supuesto, la declaración de la Dieta Mediterránea como Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura).
Todas estas acciones demuestran, una vez más, la importancia de perpetuar la cultura gastronómica de generación en generación, al tiempo que se pone en valor los productos alimentarios que nos representan.