Hoy, 4 de febrero, se celebra el Día Mundial contra el cáncer bajo el lema «Nosotros podemos, yo puedo». Un mensaje que quiere hacer hincapié en el papel de cada persona para lograr una prevención y detección temprana de la enfermedad, con el fin de detener el alarmante aumento de su incidencia en todo el mundo. Un porcentaje importante de cánceres pueden curarse mediante cirugía y tratamientos de radio o quimioterapia, sobre todo si son detectados pronto.
Así pues, está en nuestras manos ponerle trabas a la enfermedad, a través de estos consejos que ofrece la Organización Mundial de la Salud:
1. Lleva una dieta saludable. Existe una evidencia importante de que las personas pueden reducir el riesgo de padecer cáncer mediante la adopción de hábitos alimentarios saludables. Los expertos hablan de una reducción del riesgo de hasta un 18% en comparación con aquellas personas cuyo estilo de vida y peso corporal no se ajusta a las recomendaciones. La inclusión en la dieta de legumbres, frutas, verduras y grano entero; evitar los alimentos con alto contenido en sal, grasas saturadas y azúcares; y apostar por el aceite de oliva como grasa principal a la hora de cocinar, son algunos consejos imprescindibles para llevar una dieta sana y equilibrada. Respecto al aceite de oliva, varios estudios avalan su papel primordial en la prevención de determinados tipos de cáncer, como el de mama
2. Realiza actividad física regular: ser moderadamente activo, es decir, realizar ejercicio físico durante, al menos, 30 minutos al día (caminar, andar en bicicleta, subir escalera, etc.), reduce el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer, como el de colon, el de mama o el de útero. Además, ayuda a evitar el incremento de peso corporal, lo que también beneficia a la prevención de cáncer de riñón, páncreas y esófago. Algunos estudios aseguran, además, que evitar la vida sedentaria puede proteger contra el cáncer de endometrio.
3. Limita el consumo de alcohol: el exceso de consumo de alcohol puede causar diferentes tipos de cáncer, como el de faringe, laringe, hígado, colon o mama. Lo mejor es evitar los alcoholes de alta graduación. Algunos estudios hablan de las propiedades beneficiosas del vino, pero hay que tener en cuenta que nunca deberemos sobrepasar la cantidad de una copa diaria en mujeres y dos en hombres.
4. Evita el tabaco: fumar es la principal causa de cáncer. Según la OMS, el tabaquismo mata hasta la mitad de los consumidores a largo plazo. De hecho, las estadísticas muestran que el riesgo de padecer un cáncer de pulmón es entre 20 y 25 veces más alta entre los fumadores. El riesgo aumenta cuantos más años dure el tabaquismo y también en relación al número de cigarrillos diarios. Los fumadores pasivos tampoco se libran, ya que la inhalación de humo, aunque sea de manera pasiva, puede causar enfermedades coronarias, respiratorias y algunos tipos de cáncer, como el de pulmón. ¡Mantengámonos lejos del tabaco!
5. Evita una excesiva exposición solar: las radiaciones solares contienen rayos ultravioletas que causan daños en la piel a largo plazo y que puede derivar en cáncer de piel. Su incidencia ha aumentado de manera dramática en los últimos tiempos, debido al cambio en los estilos de vida (con mayor actividad al aire libre) y los comportamientos de búsqueda de sol y deseo de una piel bronceada. Proteger las zonas más expuestas a la radiación solar es fundamental para prevenir, no sólo en verano sino también el resto del año.
6. ¿Has sido mamá? Si es posible, apuesta por la lactancia: los médicos consideran la lactancia como un comportamiento saludable que ayuda a reducir el riesgo de padecer cáncer. Cuanto más tiempo se alarga la lactancia, mayor es la prevención. La reducción del riesgo es de hasta un 4% por cada doce meses acumulativos de lactancia. Y los beneficios no son solo para las madres sino también para los bebés, ya que es el mejor alimento y el más saludable que existe.
7. Cuidado con los contaminantes: existen miles de sustancias, tanto naturales como artificiales, en el medio ambiente y algunos de ellos tienen el potencial de causar cáncer. En este punto, el papel más relevante lo tienen los gobiernos de los diferentes países, que deben ejercer un control férreo sobre las sustancias nocivas presentes en lugares de trabajo y sitios públicos. Además, la industria debe velar también para que sus productos sean cada vez más seguros.
8. Cumple con el calendario de vacunación: la mayoría de las personas no relacionan las infecciones con el riesgo de padecer cáncer pero lo cierto es casi una quinta parte de los cánceres que se desarrollan en el mundo son causados por agentes infecciosos (virus y bacterias). Los más frecuentes son el del papiloma humano, que puede derivar en cáncer de cuello de útero, los virus de la hepatitis B y C, que pueden causar cáncer de hígado; o el Helicobacter pylori, una bacteria que puede causar cáncer de estómago. Las vacunas son la manera más eficaz de prevenir algunas de estas infecciones.
No todos los tipos de cáncer son evitables, pero siguiendo estos consejos sí que está en nuestra mano prevenir muchos de ellos.