¿Te ha pasado alguna vez que sientes un deseo irresistible de comer o beber algo específico? Puede ser un trozo de chocolate, una pizza o incluso anchoas. Todos hemos experimentado esos momentos en los que no podemos pensar en otra cosa que en lo que nos apetece. ¿Por qué tenemos antojos? La respuesta no es tan sencilla como parece. Este fenómeno, que muchas veces se asocia solo con embarazos o dietas, tiene raíces más profundas en nuestro cuerpo y mente. Descubre las razones detrás de su aparición y, lo más importante, cómo enfrentarlos de manera saludable.
¿Qué son los antojos?
Un antojo es un deseo intenso y urgente por consumir un alimento o bebida, generalmente específico. Aunque comúnmente se asocia con la falta de control, en realidad es una señal del cuerpo que responde a diferentes factores físicos y emocionales. Es decir, por qué tenemos antojos no es una cuestión de debilidad, sino una respuesta natural del organismo. Por ejemplo, quizá tengas carencia de potasio y tu cuerpo esté pidiendo a gritos un plátano.
Ten en cuenta que los antojos están conectados con nuestra fisiología. Pueden estar influenciados por hormonas, niveles de azúcar en sangre, deficiencias nutricionales y hasta el estrés. Así, el cuerpo, en su búsqueda de equilibrio, puede pedirte alimentos concretos para satisfacer una carencia física o una necesidad emocional.
Ahora bien, es importante diferenciarlos de un hambre común. El antojo suele ser más específico, mientras que si tienes hambre te da más igual con qué saciarla. También puede darse incluso cuando tienes el estómago lleno. Además, aparece de manera repentina, a diferencia de la progresión paulatina del apetito, y está a menudo acompañado de una fuerte necesidad emocional de satisfacerlo.
¿Por qué tenemos antojos?
Esta es la respuesta fisiológica en términos generales, pero ¿por qué tenemos antojos? Este deseo irrefrenable es el resultado de varios factores que van más allá de un simple capricho. Estas son las causas más comunes:
1. Déficits nutricionales
Cuando el cuerpo carece de ciertos nutrientes esenciales, como vitaminas, minerales o proteínas, puede enviarte señales para buscar alimentos que los contengan. Así, si estás bajo en hierro, es posible que tu cuerpo te haga desear alimentos ricos en este mineral, como las carnes rojas o los vegetales de hojas verdes. Del mismo modo, si tienes una deficiencia de magnesio, podrías anhelar chocolate oscuro, que es una buena fuente de este mineral.
2. Cambios hormonales
Las fluctuaciones hormonales juegan un papel crucial en los antojos, especialmente en las mujeres. De ahí que el ciclo menstrual, el embarazo o la menopausia sean, muchas veces, la razón de por qué tenemos antojos. Esto se debe a cómo las hormonas influyen en el apetito y el estado de ánimo.
3. Estrés
El cortisol, la hormona del estrés, también está involucrada en los antojos. ¿Te has dado cuenta de que cuanto estás estresado tu cuerpo te pide concederte ciertas licencias? En estas situaciones, la respuesta del organismo es buscar alimentos que te proporcionen una sensación inmediata de bienestar, como los carbohidratos simples o las grasas.
4. Factores emocionales y psicológicos
¿Alguna vez te has sentido triste y has buscado consuelo en la comida? El comer emocionalmente es un comportamiento común y otra de las causas de por qué tenemos antojos. Ocurre algo similar que con el estrés; cuando atraviesas situaciones difíciles, el cerebro puede asociar ciertos alimentos con sentimientos de felicidad o consuelo. El chocolate, por ejemplo, es conocido por desencadenar la liberación de endorfinas, las «hormonas de la felicidad». De este modo, los antojos emocionales suelen ser una forma de «autocalmarte», aunque a menudo esto solo proporciona alivio temporal.
5. Hábitos alimentarios y patrones condicionados
En otras ocasiones, los antojos pueden estar ligados a hábitos formados a lo largo del tiempo. Si te acostumbras a comer algo específico a una hora determinada del día, como un café con galletas por la tarde o palomitas de maíz cuando ves una película los domingos por la tarde, tu cerebro puede empezar a asociar esa acción con el bienestar. Este comportamiento condicionado hace que sientas un antojo cada vez que llega el momento habitual.
6. Falta de sueño
La falta de sueño prolongado altera el equilibrio de las hormonas que regulan el apetito, como la grelina (que aumenta el hambre) y la leptina (que te dice cuándo estás lleno). Como consecuencia, cuando duermes poco, el cuerpo aumenta la producción de grelina, lo que puede provocar un aumento del apetito, especialmente por alimentos ricos en calorías.
¿Qué hacer cuando te dan antojos?
Ahora que sabes por qué tenemos antojos, es momento de aprender a afrontarlos de manera saludable. Aquí tienes algunas estrategias efectivas para controlar esos deseos repentinos sin sabotear tu salud:
- Hidratarte adecuadamente. A menudo, los antojos pueden confundirse con sed. Antes de ceder a un impulso por comer algo, intenta beber un vaso de agua. La hidratación adecuada es clave para mantener el cuerpo equilibrado y evitar que los antojos surjan innecesariamente.
- Optar por alternativas saludables. En lugar de sucumbir a un antojo de comida rápida o azúcares refinados, trata de elegir alternativas más saludables y alimentos saciantes. Por ejemplo, si sientes antojo de algo dulce, puedes optar por una fruta fresca o un puñado de frutos secos.
- Establecer una rutina alimentaria equilibrada. Una alimentación equilibrada, que incluya todos los nutrientes esenciales, puede prevenir muchas de las deficiencias que generan antojos. Asegúrate de incluir proteínas, grasas saludables y fibra en tus comidas, lo que ayudará a mantenerte saciado durante más tiempo y a reducir el deseo por comer alimentos poco saludables.
- Practicar el control consciente de las emociones. Si sientes que un antojo está ligado a tus emociones, intenta practicar la atención plena (mindfulness). Tómate un momento para reflexionar sobre lo que estás sintiendo y pregunta si realmente tienes hambre o si es un impulso emocional. Hacer una pausa antes de comer puede ayudarte a tomar decisiones más conscientes y evitar comer por impulso. ¿Sabías que, según una investigación, los antojos emocionales desaparecen a los tres o cuatro minutos?
- Evalúa tus hábitos de sueño. Dormir entre 7 y 9 horas por noche no solo es importante para tu salud en general, sino que también puede ayudar a regular las hormonas del apetito, reduciendo así la intensidad de los antojos. Lo mismo con el estrés; trata de realizar ejercicio y buscar tiempo para desconectar.
Como ves, los antojos no son algo negativo. Al fin y al cabo, el cuerpo es sabio. La clave está en descifrar por qué tenemos antojos y adoptar las medidas oportunas. Al comprender las causas detrás y aplicar estrategias para gestionarlos, lograrás mantener un equilibrio en tu alimentación sin culpas ni excesos. Y para ello, cuentas con la ayuda de La Española. Consulta nuestro recetario y accede a recetas sanas y apetecibles.
