Si decimos que la Dieta Mediterránea, es decir, la que se basa en el consumo de cereales, fruta y verdura, lácteos, pasta, legumbres, pescado, consumo ocasional de carne roja y con el aceite de oliva como grasa principal, es una de las que mayores beneficios aporta a nuestro organismo, no estamos descubriendo nada nuevo. Sin embargo, vemos que las tasas de obesidad y sobrepeso en nuestro país siguen aumentando. Y esto solo puede significar una cosa: que a pesar de conocer sus beneficios, parece que los españoles no predicamos con el ejemplo en lo referente a nuestra alimentación.
¿Es realmente así? ¿Comemos según el patrón de la Dieta Mediterránea? ¿Qué es lo que está fallando? Para averiguarlo, la Fundación Española del Corazón (FEC) ha llevado a cabo un estudio titulado “Mitos y errores en Alimentación en la población española”, entre una muestra de 500 personas, mayores de 40 años (que es cuando empieza a aumentar el riesgo cardiovascular).
Alimentación incorrecta
El objetivo era conocer los conocimientos, así como la percepción que tiene la población española sobre conceptos clave de su alimentación. La principal conclusión es clara: un 18% de los encuestados, es decir, prácticamente uno de cada cinco, concluye que su dieta merece un suspenso. La mayoría de ellos piensan que comen poco pescado azul. Este dato es importante porque 7 de cada diez encuestados conocen los beneficios cardiovasculares de los ácidos grasos omega-3 y un 85% cita como fuente de este nutriente el pescado azul. También consideran que comen poca verdura, demasiados azúcares, poca fruta, demasiada carne, demasiada pasta y poco calcio.
Esto ha llevado a la FEC a reclamar más consejos nutricionales de manera frecuente a la población por parte de los profesionales, ya sean médicos, dietistas-nutricionistas, entrenadores deportivos o las propias instituciones gubernamentales. Preguntados por este tema, un 39% de los encuestados asegura que es su médico o enfermero/a quien le da consejos sobre alimentación, aunque un porcentaje alto recurre a prensa, televisión, Internet y otros. Apenas un 2% pregunta a su farmacéutico. Apenas un 16% indica que ha consultado en el último año a un profesional por temas nutricionales o desequilibrios en su dieta.
En línea con estas conclusiones, el estudio recoge que un 53% de los participantes afirma no disponer de suficiente información nutricional en el etiquetado, lo que, en ocasiones, lleva a tomar decisiones erróneas a la hora de elegir productos.
En general, del estudio se desprende que, efectivamente, los españoles conocemos la teoría, pero no la ponemos en práctica. El conocimiento sobre las raciones/día es correcto, pero después no se corresponde con la actitud real. Y confiamos en el consejo médico, pero tampoco lo pedimos.
En definitiva, el estudio de la FEC concluye que es necesario transmitir mejor a la población que el hecho de asegurar una dieta equilibrada es importante para prevenir posibles enfermedades; que consultar sobre los hábitos nutricionales a los pacientes debería ser una práctica frecuente; y que también debería serlo hacer recomendaciones nutricionales sobre la dieta.
“Nuestro objetivo como fundación es educar a la población sobre qué hábitos de vida debe seguir para prevenir las enfermedades del corazón. Es muy importante poner sobre la mesa las dificultades que tenemos los españoles para seguir una dieta saludable”, ha explicado el Dr. Carlos Macaya, Presidente de la FEC.